Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de julio de 2025
Ella vendrá luego a dirigirla, porque yo, francamente, entiendo poco de estas cosas tan historiadas y tan recargaditas. Emilia, esa chica, es muy hábil y trabaja por poco dinero... Es una infeliz sin pretensiones, pero le da palmetazo al célebre Worth, no te creas...».
Se infiere, por lo tanto, que por culpa de los terremotos no tenemos chic, ni tenemos un sastre como Worth, ni una fabricadora de sombreros como Mme. Virot, ni un abaniquero como M. Alexandre: en suma, no sabemos hacer nada o casi nada primoroso. Nuestro orgullo, además, nos impide buscar salida para nuestras mercancías, encomiándolas, presentándolas y ofreciéndolas con insistencia.
Su mujer, justo es decirlo, tenía la cabeza loca con tal tarabilla. «Hijita, oye lo que te digo... Si vamos al fin a esos condenados baños, te arreglarás con los vestidos que tienes. Los mudas, los cambias, le quitas a uno una cosa para ponérsela a otro... y como nuevo. Todas dirán que te los ha mandado Worth.
¡Como que las mujeres de la buena sociedad no cuestan tan caras como nosotras! exclamó Marieta. Pregunta á Maugirón cuánto ha pagado en casa de Doucet y en casa de Worth cuando le honraba con sus favores la hermosa señora de... ¡Nada de nombres propios! interrumpió Maugirón.
Hoy leo la ridícula noticia, lanzada por la Agencia Stéfani, de mi matrimonio. ¿Quién ha podido inventar eso? He telegrafiado á M. Worth lo siguiente: «Espero de su caballerosidad que desmienta tal noticia, se lo suplico. Yo con mi silencio no debo autorizar ese «se dice» calumnioso y contrario á la línea de conducta de toda mi vida.» Este telegrama es, sencillamente, el retrato de un alma.
Palabra del Dia
Otros Mirando