United States or Malta ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y ya sabía él por sus experiencias y por sus frustrados conatos anteriores, que por mucho que penetrase y ahondase en estas tinieblas, no lograría romper su duro y tupido velo y bañar su espíritu en el infinito y luminoso mar donde le habían dicho que se bañan las almas, si se reconcentran en ellas mismas y se desprenden de lo terrenal y caduco.

Juan está completamente hundido en el tupido follaje, y deja que los pámpanos, que tiemblan y se agitan al soplo de su aliento le acaricien el rostro. Gertrudis lanza de tiempo en tiempo una mirada furtiva a los dos hermanos; se la podría tomar por una criatura indisciplinada que quiere hacer alguna travesura, pero cerciorándose antes de que nadie la vigila.

Un gabán obscuro la envolvía del cuello a los pies. Su rostro estaba medio oculto por un ancho sombrero y un velo tupido. Ella, que en los días anteriores evitaba todo encuentro con Fernando, pasó repetidas veces junto a él. Hasta creyó adivinar a través del velo que sus ojos le miraban intencionadamente.

Al pié, al occidente, demora la ciudad, donde hormiguea una poblacion activa y numerosa, de cuyas plazas y mas grandes calles y avenidas se destacan grupos corpulentos de magníficos plátanos orientales, tilos, castaños y otros árboles de gran talla y tupido follaje, rodeando numerosas fuentes de mármol ó de piedra.

Eran los grillos, las chicharras, ¡qué yo de los nombres que llevan las estridentes tribus que cantan al sol entre el tupido follaje de la tierra cálida! Los abrigos se hacían pesados, y ¡fenómeno curioso del que se me había advertido! los oídos comenzaban a zumbarme ligeramente. Parece que es efecto del rápido cambio de temperatura, pero pasa pronto.

Poseo dos de estos arbolillos, de especie análoga, y sin embargo distinta. No hay vegetal que pueda comparárseles. Tiene el uno inmaculada blancura, como el alabastro sin brillo, y en su amorosa riqueza cada rama ostenta capullos, botones, florecitas, y jamás dice: Basta. El otro, no tan blanco pero más tupido, en cada rama encierra un mundo.

Mirando más y más, observé que lentamente iban elevándose desde su seno hacia el firmamento un número infinito de pequeñas columnas de humo, las cuales al extenderse en el aire se abrazaban, y juntas subían a engrosar el ya tupido velo que ocultaba al sol. Aquellas columnas de humo me hicieron pensar en los hogares que debajo de ellas había, y todo lo comprendí en un instante.

Una preciosidad; un manto suave como la seda, grueso, tupido y ligero, como fabricado con plumas de fantásticas aves. Era de pieles de zorro azul, y a pesar de la estatura de Rafael, sus bordes rozaban el suelo. El joven comprendió que le habían echado sobre los hombros unos cuantos miles de francos, y tímido, con temblorosa mano, recogía el borde, temeroso de pisarlo. Leonora reía de su timidez.

Pero para la liebre, vestida con su abrigado manto de suave y tupido pelo, era noche de festín, noche de pacer los tiernos retoños de los pinos, la fresca hierba impregnada de rocío, las aromáticas plantas de la selva; y noche también de amor, noche de seguir a la tímida doncella de luengas orejas y breve rabo, sorprenderla, conmoverla y arrastrarla a las sombrías profundidades del pinar....

Prenda muy apropósito era el tupido manto para las aventuras y galanteros, que como dijo el poeta «siempre el manto fué en España tapa enredijos de amor....» y con harta frecuencia los autores de aquellos tiempos se lamentaban de los lances á que el uso de tal prenda daba lugar y en los cuales había con frecuencia tajos y cuchilladas de galanes rivales ó de burlados esposos y amantes.