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Actualizado: 17 de mayo de 2025


Y cuando había logrado dominar definitivamente el acceso de tos, añadía con una sonrisa jovial y los ojos brillantes. Sólo estoy un poco cansado. No es extraño, por lo demás. ¡He visitado esta noche tres hospitales! ¡Y he tenido en ellos no poco que hacer! Figúrese usted que solamente en el hospital Detegzev había cinco niños enfermos de fiebre tifoidea. Uno estaba casi muriéndose.

En una columna se ponen los puntos correspondientes al negro, y, en otra, los correspondientes al encarnado. Luego se trazan las líneas de punto a punto y se va obteniendo un gráfico del juego, que es algo así como el gráfico de una fiebre tifoidea. Hay juegos serpentinos, de línea inquieta, que salta constantemente de columna a columna y que podrían llamarse juegos de alambique.

No dijo una palabra, apenas derramó una lágrima, pero el mal que la roía interiormente, hizo rápidos progresos y, aun cuando hubiera salvado de la fiebre tifoidea que la acometió cuatro semanas más tarde, el pesar se la habría llevado seguramente.

En unos días fue arrebatado por una tifoidea, dejándome a mi abuela materna, mi única parienta próxima y a la que no he dejado desde entonces... No tengo más que cerrar los ojos para acordarme de la silueta de aquel pobre padre y de aquella mirada tan triste y tan buena con que todas las noches iba a vigilar el comienzo de mi sueño llevándome la impresión de una profunda ternura... ¡Pobre padre!... ¡Cuánto tiempo le reclamó mi corazón de niña, no creyendo ni en la eterna separación ni en la muerte!... Aquel viaje de que me hablaban debía terminarse para por un feliz regreso y, sobre todo, por un cargamento de numerosos recuerdos después de una ausencia tan prolongada... ¡Ay! me informaba yo mucho menos de la fecha en que debía ver a mi padre que de la en que le vería llegar cargado de muñecas, de globos y de cocinitas... Aun siendo desgraciados, qué felices son los niños...

Así como un gran número de enfermedades se confunden en su principio hasta el punto que no es posible saber muchas veces si se presentará una fiebre inflamatoria, intermitente, tifoídea, una neurose, un catarro, etc..... así tambien los síntomas primordiales confunden la mayor parte de los medicamentos en cierta alteracion de la inervacion. En este caso, todos los medicamentos se parecen.

Estos síntomas constituyen una meningitis que, aunque sintomática, exige medios directos que no siempre son los de la fiebre en cuya finalizacion se les observa, como suele suceder en la fiebre tifoídea, en la exantemática, en la neumonía reumática, etc. El arsénico, sin embargo, puede estar indicado en el tratamiento de estas especies de meningitis. =B.= Fiebres intermitentes.

Palabra del Dia

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