United States or Guernsey ? Vote for the TOP Country of the Week !


Todo esto prueba, sin duda, lo soez y bestial del gusto del público; pero prueba también otra cosa peor; es, a saber: el poco o ningún respeto que los artistas tienen a la dignidad de su arte y la facilidad con que se dejan corromper y prostituir por su público.

El riesgo de su ventura la tenía muerta de miedo. Pensó que acaso fue más allá de lo prudente. ¿Llegaría él a razonar, sentir y disculpar los móviles que la impulsaron, y, sobre todo, a empaparse bien de que eran desinteresados? Si creía que su objeto era atraparle, como en su soez lenguaje dicen los hombres entre , estaba perdida.

Donde suena un lenguaje soez sólo puede haber malas acciones y pensamientos poco delicados. Donde cantan las ranas, ¿qué ha de haber sino charcos y cieno? Cuando Pecado curó de las heridas que le hizo el novillo de Getafe, Isidora se armó de valor, echole un sermón, y le dijo muy clarito que no volvería a tener un cuarto si él mismo no lo ganaba.

Al año de casado murió su madre. Otro platal a la hucha. Nunca podrás formarte idea de las barbaridades a que se entregó al verse dueño de tanto dinero y de una mujer que no sabía más que rezar y afligirse por los desenfrenos de su marido..., porque fue un cerdo, créeme; un glotón soez de todos los vicios.

Ya te lo he dicho: en barbaridades, en mujeres de desecho, en mamarrachadas de habanero cursi, en francachelas con toreros de invierno y chulas de la peor especie..., en todo lo más bajo y soez que puedas imaginarte... y en jugar.

Palabras eran de esas que matizan y salpimentan las disputas populares; equivalen al siniestro brillo de la navaja en el aire y al salpicar de sangre soez entre las inmundicias que de un corazón rudo salen a una boca sedienta de injuria. Entre lo que no puede reproducirse se destacaban estas frases. ¡Mi hija muerta!... ¡Cosas malas en el agua!... ¡Esos pillos!...

Aquella mujer dominante y soez se gozaba en vejarla de mil modos, cosa que no había hecho ninguna de sus antecesoras. En el paseo, cuando iba con su marido en coche, el de la Amparo se colocaba a su lado: con cínico descaro la ex florista cambiaba con el duque sonrisas de inteligencia.

Carrascosa era hombre de mucha travesura y socaliña, sutil como el aire, capaz de urdir en el seno de las familias las más hábiles marañas; iba y venía sigilosamente su color de preparar fiestas, de arreglar procesiones, y era, en resumen, un pícaro tercero. Así le llamamos por no darle otro nombre un poco soez, que alguien le aplicó oportunamente y conservó entre muchos con justicia.

De pronto salió de entre un seto de arbustos un hombre y se oyó una imprecación soez, que traducida al lenguaje de las personas beneparlantes pudiera sonar así: ¡Mala mujer! Hubo ademanes violentos, y un cuerpo cayó.... Llegaba en esto corriendo otra figura humana, que venía también del hotel por la escalera, e interponiéndose, se inclinó para recoger a Lucía.

Tapémonos ambas orejas, contra el graznido áspero y soez de ese cuervo que dice al mundo: oid en mi graznido el gorgeo dulce y apasionado de la calandria y del ruiseñor.