Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de julio de 2025


No si los hombres han reflexionado alguna vez sobre la influencia enorme que este mueblecito puede ejercer sobre un talento. Notad que no especifico el sexo de este talento, estando convencidísima de que los individuos barbudos se complacen tanto como nosotras en observar sus cualidades externas.

Según sus piadosos compañeros de sexo, debía andar más allá de los sesenta años, y sin embargo tenía el atrevimiento de rasurarse la cara lo mismo que un muchacho casadero, en vez de dejarse crecer la barba como toda señora decente que ha dicho adiós á las vanidades mundanas y sólo piensa en el gobierno de su casa.

De veras. Pues, enamórela usted; enamórela usted. Yo conozco muy bien a las mujeres, como que soy del sexo. ¡Enamórela usted! ¡Yo le aseguro que en dos por tres se arreglan ustedes! ¿Y Ricardo? pregunté con mucha seriedad. ¿Ricardo? ¡Qué rabie! ¡Quién le manda ser tonto! Las muchachas se levantaron, chacharearon dos o tres minutos, y se fueron. Ya en la puerta se detuvieron.

En cuanto á la música, nada tengo que decir á mis lectores, pues en muchas provincias, incluso en Manila, conocen la de Lucban, la cual tendrá muy pocas en todo Filipinas que puedan rivalizar con ella, A más de la música fuerte, había, pues hoy ya no existe una orquesta del sexo débil, que concluyó por casarse la mayor parte de las artistas.

Basta consignar que era una mujer grosera y desgraciadamente muy pecadora, pero al fin y al cabo la única mujer del campamento Rodrigo, que precisamente pasaba la crisis suprema en que su sexo requiere mayor suma de cuidados y atenciones. Viciosa, abandonada e incorregible, padecía, sin embargo, un martirio cruel aun cuando lo atienden y dulcifican las compasivas manos femeninas.

Fuiste a vender tu cuerpo por el hambre y la desesperación, como van las hijas de los pobres. Creíste encontrar el pan en los falsos simulacros del amor, como todos los días lo hacen en la tierra centenares de miles de hijas de proletarios. Todo es para los privilegiados del mundo: los brazos del padre y el sexo de la hija.

Una mujer como mi tía, tenía que ser, como fue, de una esterilidad a toda prueba. Hasta los quince años yo tuve vehementes dudas sobre su sexo; aquel retoño de los Atridas no dio fruto a pesar de mi tío. Mi tío estaba lejos de ser un apóstol, pero era un santo. El lado débil de mi tío era el amor, y esto explicará por qué es que a los dos años de viudez acaba de declararme que se casa.

La asfixia le hacía abrir, con temblores de angustia, su andrajoso corpiño, mostrando un pecho de muchacho tísico, de una blancura de papel mascado, sin más señales del sexo que dos granos morenos hundidos entre las costillas. Respiraba moviendo la cabeza a un lado y a otro, como si pretendiese absorber todo el aire.

En la naturaleza de Ester había algo de la rica y voluptuosa naturaleza oriental, un gusto por todo lo que era esplendorosamente bello, y que, excepto en las exquisitas producciones de su aguja, no encontraba en qué poder ejercitarlo. Las mujeres hallan en la delicada labor de la aguja un placer incomprensible para el sexo fuerte.

Ahora con la movilización en masa de los pueblos, había desaparecido el antiguo espía de oficio, despreciable y villano, que arrostraba la muerte por dinero. Sólo existían patriotas ganosos de trabajar por su país, unos con las armas en la mano, otros valiéndose de la astucia ó explotando las cualidades de su sexo. Ulises quedó desconcertado por esta teoría.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando