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Actualizado: 3 de junio de 2025


Yo no hago nada sin contar con su sobrina Cristeta; y además, necesito una persona de toda confianza para representante de la empresa, y esa persona es usted. A don Quintín se le atragantó un sorbo de Burdeos, que para él tenía sabor de chacolí detestable.

Todos encuentran un nuevo sabor al placer, viendo en lontananza cómo se aleja el negro harapo de la adversaria. Lubimoff se detiene en el centro de la plaza. Empieza á obscurecer.

Llegar a las aceitunas era también otra locución con que nuestros abuelos expresaban que había uno presentádose a los postres en un convite, o presenciado sólo el final de una fiesta. Aceituna zapatera llamaban a la oleosa que había perdido color y buen sabor y que, por falta de jugo, empieza a encogerse.

Nosotros podemos desprender del cuerpo material y pesado dicha forma etérea, mal llamada cuerpo, recorrer con ella inmensas distancias, filtrarnos o colarnos por cualquier resquicio en la más severa clausura y conversar a todo nuestro sabor con nuestros amigos y adeptos.

Los indígenas aprecian mucho su carne, que, en el sabor, se asemeja a la de nuestros puercos monteses. ¿Lo habéis matado? preguntó Horn acercándose. Le he dado en la cabeza le contestó Cornelio. Cortemos un trozo de él, por lo pronto, y volvamos al lado del Capitán. ¿No se comerán las fieras el resto? Hay pocas fieras en Nueva Guinea, si es que hay algunas, señor Cornelio.

Otras veces, embriagándose de esperanzas, acariciaba proyectos, y soñando juntamente con lo porvenir y lo pasado, le parecía que las lágrimas que le resbalaban desde las mejillas a los labios, tenían el sabor dulcísimo de los besos perdidos. ¡La deshonra! ¿Qué le importaba? ¿Ni a qué echar de menos el encanto de la doncellez jamás había de sentir no poder ofrecérselo a otro hombre?... ¡Qué días tan largos! ¡Qué noches tan tristes!

El uno lo probó con la punta de la lengua, el otro no hizo más de llegarlo a las narices. El primero dijo que aquel vino sabía a hierro, el segundo dijo que más sabía a cordobán. El dueño dijo que la cuba estaba limpia, y que el tal vino no tenía adobo alguno por donde hubiese tomado sabor de hierro ni de cordobán. Con todo eso, los dos famosos mojones se afirmaron en lo que habían dicho.

Culebras quien hallaba era dichoso, Y de padres y hermanos envidiado, Lagartijas pequeñas yo bien oso Decir, que las comí mal de mi grado: Y que me hallaba deseoso De tener abundancia, que probado Su sabor ricamente me sabia, Y mas que de cabritos parecia.

Cualquiera que nos viese juntos a los tres, habría creído que éramos dos hermanos, y que la anciana era nuestra madre. El desayuno duraba frecuentemente una hora. Tía Pepa charlaba a su sabor. Yo y Angelina no sentíamos correr el tiempo.

El sonido fuera de , no es sonido; no es mas que una simple vibracion del aire, producida por la vibracion de un cuerpo; el sabor fuera de , no es sabor; no es mas que un cuerpo aplicado á un órgano, y que le causa una modificacion, mecánica ó química; y lo propio se verifica con el olor.

Palabra del Dia

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