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Actualizado: 21 de mayo de 2025
La ansiedad propia de la situación y la marcha precipitada le agitaron de tal modo, que tuvo que detenerse para respirar. Por fin la vería sin duda. Llegó á la casa, entró, subió la escalera; pero antes de resolverse á abrir se detuvo, y necesitó apoyarse en la pared, porque la agitación le había quitado las fuerzas.
La marquesa no podía considerarlo sin admiración, pero tampoco sin miedo. ¿Hasta dónde podía llegar aquella criatura? ¡Qué flor, y en qué terreno! Acordada hasta la fecha del viaje con la niña a Francia, la marquesa, por una sucesión de pensamientos muy lógica, volvió su consideración al estado de su hacienda. Había que resolverse a mirar por ella con mayor detenimiento que hasta allí.
¡Oh! no, señora, no prosiga usted... es suficiente con lo que me ha dicho... Me conmueve su interés hacia mí y los sentimientos que lo han inspirado... mas comprenderá que, cuestión tan grave como la que tratamos, no puede resolverse en un momento de enternecimiento... Permítame que medite sobre estos puntos con la calma que es de razón... Mi trabajo está ya terminado... aún puedo disponer de algunos días... Mi intención, que puede usted comunicar a su amiga, es consagrarlos a hacer un corto viaje al extranjero... una excursión a Suiza... Insisto más que nunca ahora en mi resolución, porque tengo necesidad de la ausencia para fijar mis ideas... Pienso partir mañana...
La otra ramificacion de dicha escuela, aunque admite el órden intelectual puro, no cree que se le contamine poniéndole en comunicacion con los fenómenos sensibles; antes por el contrario, opina que los problemas de la inteligencia humana, tal como se halla en esta vida, no pueden resolverse sin atender á dicha comunicacion.
Había entre los capitanes de Galípoli diversas opiniones sobre el modo de hacer la guerra; y así convino que las principales cabezas se juntasen en consejo para resolverse.
Ya no sé que ideas puedan tener los Lusitanos para haber tardado los años de la vida de un hombre en resolverse á decirnos que vendrán; y despues que lo han dicho, temo que ha de pasar el siglo presente sin que parescan por acá.
No parecía sino que se había ideado para ella ¡Qué demonio de chico, por dónde había ido a tomar el punto; y de qué manera tan fácil podía llegar a ser un hecho la ficción aquella, sin haberse escrito todavía, y a resolverse en su casa, por la marcha fatal de los sucesos, la dificultad que no había acertado a resolver él en sus especulaciones imaginativas! ¡Tendría que ver eso!
Así, como explica el mismo Vico, la razon humana conoce lo que ella construye en un mundo puramente ideal, y Dios conoce al Verbo que engendra, no obstante de que este Verbo no está fuera de la esencia divina sino identificado con ella. Y en verdad que los problemas de la inteligencia no pueden resolverse cumplidamente sino encumbrándose á tanta altura.
Era, pues, indispensable darle pruebas de completa sinceridad. Mucho se violentó antes de resolverse. Su orgullo se resistía. Sus costumbres, tan contrarias a la humilde franqueza, ponían dique a su deseo. Elisa sabía prometer, alentar, dar esperanzas de un modo tan aéreo y confuso, que se pudiese negar hasta ella misma que había prometido y alentado.
A pesar de haber ya transcurrido un año desde su salida de Alemania, y terminado su licencia, no pudo resolverse á dar la vuelta á su patria sin invertir algunos meses en recorrer la España, principalmente á Granada, Sevilla y Madrid.
Palabra del Dia
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