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Actualizado: 20 de mayo de 2025
No se opuso a su erección porque jamás contrariaba los gustos de su esposa, pero se reservaba el derecho de no contribuir a su esplendor. Pocas veces se le veía en aquel círculo, y cuando se dejaba ver sólo era por cortos momentos.
Allí, en Lillebonne, su pueblo natal, le esperaba, con el amor de la santa Emma Gavien, la única dicha que el destino le reservaba como queriendo poner, á su triste vida un ocaso de mayo. Para el pobre poeta, feo y seco, en quien las mujeres jamás detuvieron una mirada, aquel amor fué, al mismo tiempo que una gran alegría, una regeneración.
En esta como en todas las demás flaquezas ajenas que a ella podían mortificarla, y que por lo pronto toleraba, por amor al arte de las picardías, la mujer de Bonis se reservaba vagamente el derecho de vengarse del modo más refinadamente cruel, allá más adelante, no sabía cómo ni cuándo, pero algún día; y sentía una alegría y excitación semejantes a las que produce la esperanza de ser feliz, con la conciencia de estos aplazados desquites, de estos castigos y tormentos vengadores, representados y proyectados entre las brumas de la voluntad y del pensamiento.
Así lo pensaba ella, y gozaba como de una voluptuosidad de las sorpresas futuras que reservaba a sus deudos.
Se emplearon en aquella distribucion 25,000 pesos, que se extrageron del erario, previniendo D. Jacinto á los indios que el restante se reservaba en cajas, para cuando se verificase la venida de su Rey, José Gabriel Tupac-Amaru, á quien se le aguardaba por instantes.
Una botella la pagaría el doctor Rubau, que apenas había tomado algunas gotas mezcladas con agua mineral; otra, su gran amigo Munster; otra, Ojeda... y él se reservaba modestamente para el banquete siguiente. Sus ojos, cada da vez más animados y saltones, acompañaron la mirada distraída de su amigo hasta la próxima mesa, ocupada por una mujer sola. ¡Mire usted a nuestra vecina la yanqui!
Leía con avidez las causas célebres y reservaba toda su compasión para los criminales en capilla.
La general admiración hizo que acabase por familiarizarse con las misteriosas heridas. ¿Cómo serían éstas?... Se imaginó á su marido cojeando, con una mana en un bastón y la otra apoyada en su brazo. Formarían una pareja interesante. El porvenir les reservaba aún largas horas de felicidad. Ella le protegería y le alegraría con ternuras de madre y caricias de amante.
Fue entonces cuando comprendí todo el mal que me había hecho el retardo de cuatro días del Saint-Simon, sin contar con la permanencia en la Guayra, que, en calidad de sufrimiento pasado, empezaba a debilitarse en la memoria, sobre todo, ante la expectativa de los que me reservaba el porvenir.
Para más adelante se reservaba la astuta moza el derecho de vender a don Álvaro y ayudar a su señor, al que pagaba, al que había de hacerla a ella señorona, a don Fermín. ¿Cuándo había de ser esto? Ello diría.
Palabra del Dia
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