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Esto ocurrió una tarde, en la intimidad de una conversación habida en el mirador del gabinete de la marquesa entre ésta, su hija y el relatante, al blando rumor de las ondas que venían a morir, deshaciéndose en ancha faja de espumas, sobre la playa inmediata.

Hicímosle sitio en la mesa, previne a Facia que le fueran sirviendo desde la sopa de fideos inclusive; y mientras salía Tona y se quedaba su madre cambiando platos y retirando sobras destrozadas de guisotes, y todos le prestábamos grandísima atención, refirió él que bajando un pastor de su invernal, recién empezado el desnieve, a campo travieso, porque apretaba el frío y corría mucho una nube negra por mala parte y peor camino, se paró un instante, para echar una yesca y encender la pipa, a la misma boca de un covachón, conocido de muy pocos, por estar fuera de senda frecuentada, como a la mitad de distancia, por el atajo, entre Tablanca y el pueblo del relatante, pero en término municipal de éste.

Vuelto el relatante a su historia después de este incidente, y viendo yo que, por respeto a , sin duda, andaba con repulgos y melindres para declarar en neto castellano quiénes eran los otros dos muertos, apresuréme a decirle: perfectamente de quiénes se trata, y quiero evitar a usted la repugnancia de declararlo delante de : se trata de dos parientes míos; de los dos hidalgos de Promisiones.

Por otra parte, ¿de qué había de hablar en aquella ocasión un mozo sin historia, a dos mujeres que estaban interesadas en conocer hasta su modo de dormir? ¡Vaya si les iba cautivando la atención! Tenía que leer la cara de la marquesa, particularmente cuando el relatante expuso el plan de su malograda novela y apuntó las dudas que le asaltaron en lo más interesante.

En la marquesa se notaban, durante esta parte del relato del buen Núñez, las mismas señales de curiosidad que durante la anterior, pero no tantas de complacencia; y quizás tenía algún parentesco con las causas de esta diferencia, el motivo que la obligó a interrumpir al relatante, aunque muy afable y risueña, en la siguiente forma: De manera que si no me precede a la recomendación de nuestro amigo el señor Guzmán, Dios sabe a qué presidio destina usted mis pretensiones, después de oír lo que con tanta franqueza le he declarado hace un instante.

Solamente viéndole casado, y bien casado, se atreverían a conceptuarle seguro. Y aquí se calló el relatante, porque ya no tenía más que decir, a su juicioso entender. Sin embargo, la marquesa echaba de menos un detalle de gran monta allí; detalle que si Ángel no le había omitido, ella le había olvidado ya.