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Actualizado: 9 de junio de 2025


Mi madre se hacía dar cuenta, día por día, del progreso de mis estudios, con un interés tan perseverante, tan apasionado, que llegué á preguntarme, si no habría en el fondo de esta preocupación extraordinaria algo más que un capricho de enferma: si por acaso la repugnancia y el desdén de mi padre hacia la parte positiva y fastidiosa de la vida, no habrían introducido en nuestra fortuna algún secreto desorden, que el conocimiento del derecho y el hábito de los negocios deberían, según las esperanzas de mi madre, permitir á su hijo reparar.

La amistad era cosa perdida». Paquito Vegallana, Álvaro Mesía, Joaquinito Orgaz, el respetable, o al parecer respetable señor Foja, que se decían tan amigos suyos, le habían engañado como a un chino; se habían burlado de él. Eran unos libertinos que renegaban en sus comilonas de la religión positiva para seducirle a él y librarse del miedo del infierno.

Si en algo se pensaba alusivo a la solemnidad del día era en la ventaja positiva de no contarse entre los muertos. Al más filósofo vetustense se le ocurría que no somos nada, que muchos de sus conciudadanos que se paseaban tan tranquilos, estarían el año que viene con los otros; cualquiera menos él.

Todo es cuestión de resolverse, no sólo en defensa propia, te diría, sino en homenaje a la risa que es, sin disputa, nuestra patente de racionales. Tampoco te entiendo. ¡, hombre! Nosotros, los humanos, somos los únicos animales que reímos y observa que la diferencia positiva que nos distingue de los demás bichos de la creación es la de reír. ¿Y la de sufrir?...

Si la salvación depende de no comer jamón o de no beber alcohol, o de beber tres gotas diarias de orines de vaca sagrada, o de no comer vaca profana en día viernes, son asuntos que están fuera de la ciencia positiva, porque los problemas imaginarios sólo pueden ser planteados y resueltos por las ciencias imaginarias.

Los verdaderos árboles de importancia positiva en el día, son la rima y el dug-dug; ambos son de grandes dimensiones, criándose con una prodigalidad y abundancia asombrosa; no requieren gran cuidado, elevándose lo mismo en las grietas de la peña que en los abonados campos del llano.

Si la España ha de progresar de una manera real y positiva, es preciso que se acuda á remediar este abuso; que se encajonen, por decirlo así, los ingenios en sus respectivas carreras, y que sin impedir la universalidad de conocimientos en los que de tanto sean capaces, se cuide que no falte en algunos la profundidad, y en todos la suficiencia.

La señorita de Porhoet, cuyas ilusiones eran sostenidas por mi perseverancia, me atestiguaba una gratitud que poco merecía, pues había acabado por hallar en aquel estudio, en adelante sin utilidad positiva, un interés que pagaba mi trabajo y que proporcionaba un solaz saludable á mis pesares.

Me recuerda la figura que yo atribuí en mi juventud a Werther, de Goethe; pero él es, como su familia, muy cristiano. Esta amistad, bajo esta correspondencia, me satisface por mi hijo, que tiene necesidad de buenos ejemplos de fe positiva, porque su religión, demasiado libre y demasiado vaga al mismo tiempo, me parece producida por el sentimiento y no por la fe.

Por otra parte, no seré yo el que acuse a los hombres que declaman contra ciertas consecuencias por aversión a todos los principios, y que no combaten, en el fantasma de la nobleza actual, más que la existencia aún positiva de la monarquía... Hay que confesar que nunca hubiera estado más fuera de lugar semejante género de agresión. No me queda más que una palabra por decir.

Palabra del Dia

rigoleto

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