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Actualizado: 25 de julio de 2025


"Cuando estas indiadas se ponen en camino para las fronteras de Buenos Aires, tienen que pasar precisamente por un parage del Rio Negro, al que llaman Chuelechet, pues ningun otro es transitable. Desde este sitio salen dos caminos, el uno para el Colorado, el otro para las Salinas, que quedan á dos dias de marcha, y en donde hay agua en abundancia.

Empiezan la batalla con los dardos: cuando siguen al enemigo, arrojan corriendo el palo á los pies para que caiga: si cae vivo ó muerto, le cortan la cabeza con gran presteza, despues guardan el diente en el cincho, ó en lo que llevan para este efecto: luego á la cabeza quitan todo el pellejo, con el pelo, y bien seco le ponen en una pértiga larga que cuelgan en los templos, en memoria de su hazaña, como nuestros capitanes hacen con sus trofeos.

Los Payaguás-Sarigués, que habitan hácia Itapucú, en la tierra de dichos Mbayás, dicen lo mismo en cuanto á la distancia, pero difieren en que ponen dicho pueblo en la costa oriental, mientras los referidos Mbayás aseguran á veces que son dos pueblos, uno en cada banda del rio. El que conosca los indios no estrañará esta diferencia de noticias.

GAZAPOS EN PAPILLOTES. Córtese dos conejos medianos en pedazos; se sazonan con sal, pimienta, perejil y ajos, todo bien picado; se pone encima pedacitos de manteca de vaca, se envuelven en papel, se ponen sobre la parrilla a fuego lento, y se sirven sin quitar los papeles. Limpio y cortado en trozos un conejo, se pone a macerar dos horas con vino blanco, hojas de laurel, ajo y sal.

Todo aquello que ven ejecutar a los españoles procuran imitarlo, y ponen atentos oídos cuando en su idioma se los refieren algunos puntos de historia, o se les hace relación de algunas particularidades de Europa, refiriéndolas ellos entre con gusto y admiración.

El Canelo no era uno de esos perros frívolos que se ponen en dos patas así que se lo ordenan con imperio, ni se entretenía en buscar un pañuelo cuando se lo ocultaban adrede, ni nunca se oyó que hubiese saltado por Francia, por Inglaterra ó por cualquier otro país extranjero.

ALBARICOQUE MOLDEADO. Se pesa la misma cantidad de azúcar que de albaricoques; se les quitan los huesos y la piel, y cortados a trozos se ponen a hervir a la vez que el azúcar, y cuando está a punto, se saca a moldes y se deja enfriar.

Se llenan luego los intestinos, haciéndolos del tamaño que se quiera, se ponen en salmuera dos días; después se sacan y ponen a ahumar, guardándolos colgados en sitio fresco.

PEPA. Yo lo he visto; sin duda le habrá reprochado algún crimen. UN HOMBRE. ¡Ah! Por fin el maldito está en el sillón. OTRO. ¡Alabado sea Dios! Ya le ponen el cuello en la argolla. JUANA. ¡Santa Virgen! ¡Ya van a matarle! Pero... UN HOMBRE. ¿Y qué?... JUANA. Es que nos estafan, nos roban... ¿y la mano? EL PUEBLO. ¡Es verdad, que le corten la mano! EL ALCALDE. Es justo, lo habíamos olvidado.

Pues chico, que se arme; pero pon remedio. ¿Tendrás medio de averiguar?... ¿Qué más quieres saber? ¿No te digo que andan tras ella sin que les rechace? ¿que se ponen a charlar con ella en cuanto llegan? Por supuesto que, según Lozano, la mitad de las señoras van allí a eso.

Palabra del Dia

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