Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 31 de mayo de 2025


Me es duro hablarles así y sufro más yo diciéndoles estas cosas que ustedes mereciéndolas; pero hemos salido de Buenos Aires dejando ustedes virtualmente una promesa, y yo me he encargado de que la cumplan contando con ustedes que al aceptar la idea de este viaje se ponían a mi servicio; es decir, al de un propósito honesto y digno, en cuya consecución el mayor beneficio será para ustedes.

Sin embargo, todas estas composiciones se ponían en escena con fines lucrativos para los empresarios, y sin tener en cuenta para nada á la literatura; los autores, que deseaban obtener crédito literario, creían indispensable someterse en todo á las reglas francesas.

No sabiendo ya qué decirle, llegó hasta sacarle el ejemplo de Maximiliano, que llevaba con tan cristiana mansedumbre el cargamento de sus agravios. La diabla, al oír esto, se reía más, diciendo que su marido era un santo, un verdadero santo, y que si le canonizaban y le ponían en los altares, ella le rezaría y le escupiría.

Además, ponían en el negocio su inteligencia, que es lo principal. Quedóse con las cuarenta y una restantes, don Rosendo. Grandeza singular de ánimo que causó excelente impresión en todos. Despacháronse emisarios a Lancia en busca de imprenta. No habiendo dado resultado sus gestiones, el mismo fundador se trasladó a la ciudad.

Pero poco después reían, cuchicheando satisfechas, al ver el mal gesto que ponían ciertas compañeras al no ser designadas por el amo o sus acompañantes. La tía Alcaparrona las reñía por su timidez: ¿Por qué no queréis dir?

Sofocada, la buena mujer tuvo que comprar más libretas, porque dos o tres viejas a quienes no tocó nada, ponían el grito en el cielo, y alborotaban el barrio con sus discordes y lastimeros chillidos. Ya se creía libre de tales moscones, cuando la llamó con roncas voces una mujer que llevaba en brazos a un niño cabezudo, monstruoso.

La componían cuarenta espaciosas cabañas rectangulares, con largos corredores provistos de barandas de bambú que las ponían en comunicación unas con otras. Los pilotes que sostenían aquellas construcciones estaban hincados en el fondo del río.

En los lindes de la población, aunque no en la vecindad inmediata de ninguna morada, había una choza ó cabaña, construída por uno de los primeros colonos, y abandonada porque la tierra era demasiado estéril para el cultivo. Su aislamiento y distancia de la población, la ponían fuera del círculo de la actividad social que ya se notaba en las costumbres de los colonos.

Casi no se le veían más que los ojos, y como estos eran tan bonitos, muchos se le ponían al lado y le pedían permiso para acompañarla, diciéndole mil cuchufletas. Recordó entonces otros tiempos infelices, y la idea de tener que volver a ellos le produjo dolor muy vivo, despejándole la cabeza de las quimeras que se le habían metido en ella.

El cristianismo, religión de humildes, había reconocido á todos los seres el derecho á la felicidad, pero esta felicidad la colocaba en el cielo, lejos de este mundo «valle de lágrimas». La Revolución y sus herederos los socialistas ponían la felicidad en las realidades inmediatas de la tierra, lo mismo que los antiguos, y hacían partícipes de ella á todos los hombres, lo mismo que los cristianos.

Palabra del Dia

irrascible

Otros Mirando