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Actualizado: 27 de junio de 2025
Ella posee tus huesos, tu sangre, tu savia y tu calor representado cada uno de esos elementos por tal ó cual de sus hijos. Y ella tiene lo que á ti te falta, la demasiada plenitud y el exceso de fuerza. Su aliento produce no sé qué alegría, actividad, espíritu creador, lo que podríamos llamar heroísmo físico.
La vista del paisaje, que, por lo variado y recogido, parecía un gran lienzo panorámico, me infundía siempre un sentimiento de bienestar, cierta deliciosa plenitud de vida, que solo las grandes ciudades meridionales poseen y saben transmitir al alma. Mas ahora sentíame triste y solo.
Dios tiene en sí la plenitud de ser; es su mismo ser, se llama con profunda verdad: el que es; pero de él afirmamos tambien con verdad que es inteligente, que es libre, y que tiene otras perfecciones no expresadas en la idea general y pura de ser. De esto se infiere que no debemos considerar la idea de ente como un tipo que nos represente algo determinado, ni aun en general.
El Josef de las mujeres . Este drama notabilísimo se distingue por la energía de su concepción y por la plenitud de la vida de su pensamiento, no menos que por la perfección de su estructura externa, calculada para hacer en el teatro el mayor efecto.
No, no se pierde el alma de los místicos cristianos en la esencia suprema, como en el nirvana de los budistas; no, no cae en sueño eterno, sino que logra la plenitud de la vida.
La figura enorme de Balzac, que á pesar de hallarse en la ubérrima y gloriosa plenitud de su labor, necesitaba escribir diecisiete y dieciocho horas diarias para pagar sus deudas, es prueba concluyente de que raras veces el libro produce lo necesario para vivir holgadamente.
13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 16 Y de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia. 17 Porque la ley por Moisés fue dada, mas la gracia y la verdad por Jesús, el Cristo, fue hecha.
Ninguno de los dramas de Alarcón deja de sobresalir por sus bellezas particulares; sin embargo, descuellan entre todos aquéllos que pueden llamarse heróicos, y cuyo argumento se funda en la historia ó en la tradición nacional. El carácter romántico peculiar que imprimía su sello en la vida de España en esa época, aparece en sus obras con más plenitud y con mayor fuerza que en ninguna otra.
La moral no consistía, como la proclamaba el cristianismo, en achicarse, en recogerse en sí mismo, en amputar los naturales instintos, en hacerse pequeño para pasar por el camino estrecho de la gloria celeste, sino en aceptar la vida tal como es, en amarla en toda su plenitud. La vida espiritual no era el egoísmo de un individuo, sino la comunión con las aspiraciones colectivas de la humanidad.
Y esto es más grave si se tiene en cuenta que un cambio esencial se ha llevado a cabo en las postrimerías del siglo XIX en las tendencias y en los gustos literarios y por lo tanto en el espíritu colectivo, un cambio tal que significa la aparición de una nueva época claramente distinta y aun contradictoria de la anterior. Esta época es la que ahora se encuentra en su momento de plenitud y madurez.
Palabra del Dia
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