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Actualizado: 4 de julio de 2025


Por los llanos inmensos de la pampa Vaga Castelli triste y silencioso, Y en su semblante pálido y ansioso Está grabado el sello del dolor: Fiel adalid de un pueblo generoso Cayó con él en medio del combate, Mas la derrota que al cobarde abate No ha destemplado el varonil valor.

Otra que carece de hojas, y abunda en todo el curso del Salado, y en las costas de las lagunas salobres hacen ceniza, y con esta una lejìa con que hacen un excelente encarnado, poniéndole un poco de agrio de limon. La conocen algunos tintoreros de Buenos Aires, y no falta quien diga podria suplir la orchilla. Si así fuese hay infinito en toda la pampa, desde los sitios nombrados hasta Patagones.

No, miras á lo lejos Al trasponer aquel monte En el lejano horizonte, Como en mágicos espejos Lo que es y lo que será. Miras la pampa argentina De ciudades matizada, Y por mil naves surcada La laguna cristalina Que hoy cubre verde juncal; Miras la pobre cabaña Que en palacio se transforma, Y que al tomar nueva forma Una nueva luz la baña Con resplandor sin igual.

El joven Echeverría residió algunos meses en la campaña en 1840, y la fama de sus versos sobre la pampa le había precedido ya; los gauchos lo rodeaban con respeto y afición, y cuando un recién venido mostraba señales de desdén hacia el cajetilla, alguno le insinuaba al oído: «Es poeta», y toda prevención hostil cesaba al oír este título privilegiado.

Eso lo discutiremos después. Ni veo qué tenga esto que ver con esos contrastes a que ustedes se refieren. Lo que nosotros no vemos es la razón para llamar a usted «Pampita». Muy justa: ¡ lo soy! yo he nacido aquí... en plena Pampa, y desde chica me dicen así.

De estas manijas se asían los ginetes para disputarse la presea del combate, que generalmente tenia por arena toda la Pampa, pues el que lograba arrebatar el pato procuraba ponerse en salvo, y la persecucion que con este motivo se hacia, era la parte mas interesante del juego.

En el ambiente de la democracia de América, el espíritu de vulgaridad no halla ante relieves inaccesibles para su fuerza de ascensión, y se extiende y propaga como sobre la llaneza de una pampa infinita.

Mirándole á usted creo que los años pasados vuelven á pasar, pero en sentido inverso, y todo lo recuerdo poco á poco... Ese joven se llamaba Ricardo, y tal vez se habrá casado con aquella muchachita de la Pampa á la que le daban un nombre de flor. Estos recuerdos, los únicos que resurgían en su memoria vivos y bien determinados, le inspiraron la amarga tristeza que infunde el bien ajeno.

Creyendo adivinar Ricardo lo que pensaba el pequeño, así que hubo pasado la alambrada de la estancia se dirigió hacia el rancho de Manos Duras, que muchas veces había visto de lejos. Lleva mal rumbo, patroncito dijo Cachafaz. Y señalando lo más alto de la cortadura que daba sobre el río por la parte de la Pampa, añadió: Vamos para allá, al rancho de la India Muerta.

Buscaba Gómez, mientras tanto, con la cabeza baja examinando el suelo. Su instinto de hombre de campo, habituado a estudiar los más pequeños accidentes de la inmensa llanura argentina, su con los maravillosos «rastreadores», adivinos de la Pampa, le hizo encontrar la explicación de este misterio. Señaló a algunos pasos un diminuto orificio abierto en el suelo. Allí estaba enterrada la bala. Mostró después un guijarro partido recientemente, a juzgar por la blancura interior de sus fragmentos.

Palabra del Dia

godella

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