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Actualizado: 16 de junio de 2025
Los que han visto durante la noche un gran cohete deshacerse sobre el fondo azul oscuro del cielo en millares de lucecitas de todos colores, tan brillantes que hacen palidecer á las eternas estrellas, pueden imaginarse el aspecto que presentaba el compartimento.
En los ángulos se veían enormes vasos de Japon, alternando con otros de Sèvres, de un azul oscuro purísimo, colocados sobre pedestales cuadrados de madera tallada. Lo único que no estaba bien eran los cromos chillones con que don Timoteo había sustituido los antiguos grabados y las litografías de santos de Cpn. Tiago.
No es ocasión ahora dijo Salvador , de hacer comentarios sobre las promesas hechas en esas cartas y jamás cumplidas. Esas viejas cuentas se habrán arreglado en otra parte. Callaron ambos, y Navarro, puesta su alma toda en los ojos, leía las pocas páginas de aquel drama oscuro, desenlazado ya por la muerte.
En lo tocante a servilismo baja hasta lo ínfimo, pues no se trata ya de adular a los Médicis o al distinguido y simpático Duque de Weimar, sino al Ministro, tal vez zafio y oscuro, al Director, tal vez lego, y acaso, acaso, al triste Oficial del Negociado.
Su vestido característico era una blusa de seda azul oscuro, y para la calle, en días fríos, una corta chaqueta de piel de Astrakán.
Oiga la verdad que imprime en estas líneas un oscuro y pobre escritor, que no tiene en el mundo otro caudal, ni otra esperanza, ni otro consuelo, que la religion de su penoso y elevado oficio; oficio que él estima tanto como D. José Salamanca su fausto y sus millones. Oiga una vez la leccion severa de la moral, quien ha recibido tantas veces las caricias aduladoras de la fortuna.
El mar estaba oscurísimo; más oscuro que visto desde la cubierta del laúd. Creyó distinguir una mancha blanca, un fantasma que flotaba a lo lejos sobre las olas, y nadó hacia él. Pero de pronto ya no lo vio allí, sino en lugar opuesto, y cambió de dirección, desorientado, nadando con fuerza, pero sin saber dónde iba.
En aquel cajon forrado de terciopelo azul oscuro, dividido en secciones, veíanse realizados los sueños de las Mil y una noches, los sueños de las fantasías orientales.
El ambiente bañado y penetrado todo de rayos de sol parece luz de oro y sol y no aire; y el hierro, que sale candente de la fragua, no es oscuro y opaco, sino refulgente como el fuego de donde sale; y por igual manera, en cuanto la comparación material es posible, el alma que se unió con Dios parece Dios.
Y llegando las dos a un corredor oscuro, se abrazaron con ímpetu, consternadas hasta el llanto por aquella penosa evocación de la sombra paterna. Entrecerrando los ojos, apoyó la frente contra el frío cristal de la ventanilla. Y entonces, en aquella profunda lontananza, las dos criaturas se desenlazaron y la miraron a ella con los ojos llorosos, fijamente.
Palabra del Dia
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