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Actualizado: 15 de junio de 2025


Se comprende la abnegación del asceta que espera alcanzar la eterna bienaventuranza. ¿Pero qué espera Nietzsche para mostrarse y ser tan abnegado? El Sr. Gener y no Nietzsche es quien está en lo firme. El super-hombre ha de venir de todos modos. No debemos, pues, atormentarnos, molestarnos, ni trabajar para que venga. Según el Sr.

Nietzsche gusta en cierto modo de la libertad, pero detesta la igualdad y considera ridículo que los hombres pretendan ser iguales, ni siquiera ante la ley, ni ante la justicia, ni en una vida futura y ultramundana en que no cree, ni ante un Dios cuya existencia niega.

Ora nos agrade o nos desagrade, ora nos tenga cuenta, ora no nos tenga cuenta, si el super-hombre ha de venir, vendrá pese a quien pese. Ni conservadores ni retrógrados podrán impedirlo. Sobre este punto Nietzsche y Gener se hallan en perfecta consonancia. Veamos ahora en lo que disienten y en lo que Gener, en mi opinión, con muchísimo juicio, enmienda a Nietzsche la plana.

Alemania, en opinión de Nietzsche, no tenía cultura propia por su carencia de estilo. «Los franceses había dicho están á la cabeza de una cultura auténtica y fecunda, sea cual sea su valor, y hasta el presente todos hemos tomado de ellaSus odios se concentraban sobre su propio país. «No puedo soportar la vida en Alemania.

Mientras el soldado alemán de baja clase pillaba lo que podía y fusilaba ebrio lo que le saltaba al paso, el estudiante guerrero leía en el vivac á Hégel y Nietzsche. Era demasiado culto para ejecutar con sus manos estos actos de «justicia histórica». Pero él y sus profesores habían excitado todos los malos instintos de la bestia germánica, dándoles un barniz de justificación científica.

Mataba todo lo que cubría con su sombra. Le dieron libertad para que escribiera a su capricho, y publicó tres artículos sobre Ruskin y la belleza artística, sobre Nietzsche y el imperialismo, y acerca de las armonías y desarmonías entre el socialismo y las doctrinas de Darwin y Hæckel.

La verdad es que en Nietzsche hay dos elementos o factores de su genio, procedentes ambos de atavismo: uno ario, y Gener acepta todo el producto de este factor; otra turaní o mogol que mueve a Nietzsche a ser despótico, cruel y sin entrañas. Es menester que aparezca el super-hombre. Cuantos obstáculos se opongan a su aparición deben ser destruidos. Nada de piedad, nada de conmiseración.

Y Nietzsche entonces, en cumplimiento de las leyes, se vio obligado a tomar las armas y a ir a la guerra. Antes de aquellos días Nietzsche apenas se había distinguido; pero, hallándose en el cerco de París, un casco de granada hirió y derribó su caballo, y Nietzsche mismo cayó por tierra maltrecho y con una profunda conmoción cerebral.

En suma, y a fin de terminar este artículo ya sobrado extenso, diré que, precaviéndonos bien para no inficionarnos con alguna herejía o para no exponernos a ir a parar en un manicomio, como Nietzsche o como Augusto Comte, harán muy bien los aficionados a la lectura en comprar y en leer cuantos tomos han salido ya y vayan saliendo de la biblioteca del Sr. Serra.

Cuando le adivinaba interesado por un volumen, exigía inmediata participación: «Cuéntame el argumento». Y el «secretario» no sólo hacía la síntesis de comedias y novelas, sino que le comunicaba el «argumento» de Schopenhauer ó el «argumento» de Nietzsche... Luego, doña Luisa casi vertía lágrimas al oir que las visitas se ocupaban de su hijo con la benevolencia que inspira la riqueza: «Un poco diablo el mozo, pero ¡qué bien preparado!...»

Palabra del Dia

rigoleto

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