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Habiendo dicho que la fisonomía de aquel hombre se parecía á la de un lobo viejo, nos creemos dispensados de una descripción más minuciosa.

Una limpieza minuciosa y paciente retocaba el exterior de la nave desde la línea de flotación a los topes, dejándola como nueva. Por todas partes se encontraban marineros arremangados y despechugados, con un cubo de pintura en una mano y una brocha en la otra. Sosteníanse en peligroso equilibrio sobre mástiles y barandillas.

El Gaviota II, á pesar de su bandera rusa, se vió detenido por los torpederos ingleses, que lo sometieron á una minuciosa inspección, no comprendiendo que se navegase por gusto cuando todos los mares estaban convertidos en un campo de batalla. A la altura de las Azores tuvo que forzar sus máquinas para librarse de un corsario alemán. Además, escaseaba el carbón.

La blancura de la luz eléctrica surge en todo rincón donde puede aglomerarse un poco de sombra; el agua manando de los grifos cada tres metros para una minuciosa limpieza; las alfombras mullidas amortiguando los pasos; un olor higiénico de droguería esparciendo perfumes desinfectantes allí donde las tristes necesidades humanas se desembarazan de su suciedad. Esto es un palacio encantado.

En un libro abultado, de desiguales hojas, donde guardaba con minuciosa puerilidad de cantante todo lo que habían dicho de ella los periódicos del mundo, encontraba Rafael un eco de las estruendosas ovaciones.

Sus padres me conocían al pormenor, ya hacía tiempo; y al hablarles el hijo de sus propósitos de casamiento con Luz, le habían presentado como obstáculos insuperables..., y aquí empezaba la lista minuciosa de todos mis pecados, reales y supuestos; con un lujo de colorido sobre sus calidades y resonancia, que no había más que pedir. El oprobio de mi casamiento se escapaba del papel.

Donde empiezan mis dudas, a pesar o a causa de la circunstanciada y minuciosa relación del Sr. Danvila, es en la idea que debo formar del talento político que el rey D. Felipe mostró en los tratos, negociaciones, intrigas, rodeos tortuosos, lentitud y cautela con que vino al cabo a apoderarse de Portugal y a someter la completa extensión de nuestra Península bajo su dominio.

Don Pascual vino y don Paco se lo contó todo. No le dio ninguna comisión ni embajada para Juanita; pero don Pascual, por una benévola usurpación de atribuciones y de empleo, se declaró él mismo y se nombró embajador, se fue a ver a Juanita que, desvelada y triste, se acababa de levantar y le refirió con fidelidad minuciosa los furores y penas de don Paco, sus celos, su desesperación, sus propósitos de suicidio o de extrañamiento perpetuo, y, por último, el combate de la casilla, el delito de Antoñuelo, los golpes que éste había recibido, así como su vuelta y la de don Paco a Villalegre.

Me daba minuciosa cuenta del estado de las cosas de allá que podían interesarme; me consultaba dudas o me apuntaba ideas sobre los encargos que le tenía hechos, o me esbozaba otros planes que siempre me parecían bien. Así me defendía de las malas tentaciones con que me asediaban los diablejos de mi vida pasada, en cuyas garras había vuelto a caer.