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Actualizado: 5 de noviembre de 2025


Todo el mes de Marzo se lo llevó en el cenotafio y en el sauce, cuyas hojas fueron brotando una por una, y a mediados de Abril tenía el ángel brazos y cabeza.

A mediados de 1637 habían ya llegado á Sevilla presos multitud de esclavos de los pueblos de la provincia, los cuales fueron en 24 de Agosto embarcados y conducidos á Cádiz, donde los llevó á Levante para remar en las galeras, y otros muchos salieron de nuestra ciudad á pie, siendo conducidos á Cartagena.

Se hacían los preparativos de todos los años para la gran fiesta de la Virgen del Sagrario, a mediados de agosto. En la catedral hablaban de la de aquel año con misterio unos y zozobra otros, como si aguardasen sucesos extraordinarios. Su Eminencia, que no bajaba al templo hacía muchos meses por no ver a los del cabildo, presidiría el coro el día de la fiesta.

A tantas ventajas se unía la de estar todo muy a la mano: debajo carbonería, a cuatro pasos carnicería, y en la esquina próxima tienda de ultramarinos. No podía olvidárseles el importante asunto de la carrera de Rubinius vulgaris. A mediados de Setiembre se había examinado de la única clase que le faltaba para aprobar el último año, y lo más pronto que le fuera posible tomaría el grado.

Desde mediados del siglo XVI hasta 1816 Ginebra no careció de su independencia sino durante los diez y seis ó diez y siete años de la dominacion francesa, á cuyo torrente no pudieron resistir ni los mas grandes imperios.

Dos meses tuvo que residir en Laredo, que fueron los que duró la tempestad; dos meses que fueron dos siglos, si se atiende la disposicion en que se hallaba esta señora, y que agravaron muchísimo sus constantes padecimientos. A mediados de abril logró hacerse á la vela, llegando en nueve dias felizmente á Vergas, distante tres leguas y media de Brujas.

Con el dinero que había encontrado en los gregüescos compró una mula para abreviar el camino y un capote para cubrirse, y de este modo, después de innumerables peripecias, llegó, por fin, a la ciudad de Cádiz, a mediados de diciembre.

No podemos menos de recordar con dolor la terrible carestía que la afligió á mediados del siglo XVII: como si tantas calamidades políticas no bastasen aun para abatirla, castigóla Dios con este nuevo azote. El hambre llegó á tal estremo, que armados los ciudadanos en número de diez mil, se arrojaron á la calle y forzaron los graneros de los particulares.

Comenzaba el calor a dejarse sentir. Estábamos a mediados de Junio. El sol, desde las cinco de la mañana, envolvía a la ínclita ciudad en una caricia viva y prolongada hasta las siete de la tarde, enmedio de un cielo puro y flamígero. La angostura y tortuosidad de las calles no nos preservaba enteramente de sus ardores.

La vara toesa de mampostería, que hoy no costará menos de quince ó diez y seis reales, costaba en Francia ocho sueldos, ó sean doce cuartos españoles, á mediados del siglo XIII. Tercera.

Palabra del Dia

vengado

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