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Actualizado: 12 de junio de 2025
Aunque aquellos sonetos son atribuídos á Góngora en dos antiguos manuscritos de la biblioteca de Madrid, y el estilo sea también indudablemente suyo, La Huerta ha reimpreso uno como si fuese de Cervantes, culpándole, por consiguiente, de injusticia contra su eminente coetáneo.
Muerto su padre, es decir, hacia los diez y seis años, huyó Lope de Madrid en compañía de un amigo, llegando hasta Astorga en su escapatoria. No es fácil tarea la de establecer en orden cronológico los sucesos de la primera juventud de Lope: tal contradicción hay entre las afirmaciones de La Dorotea y lo que resulta de otras fuentes.
Me tuvo un día de Difuntos, y después se fue a criar a Madrid. ¡Vaya con la buena señora! murmuró Teodoro con malicia . Quizás no tenga nadie noticia de quién fue tu papá. Sí, señor replicó la Nela con cierto orgullo . Mi padre fue el primero que encendió las luces en Villamojada. ¡Cáspita!
Catálogo razonado, biográfico y bibliográfico, de los autores portugueses que escribieron tn castellano, por D. Domingo García Pérez, Doctor en Medicina y Cirujía, antiguo Diputado de la nación portuguesa por la ciudad de Setubal. Madrid, 1890.
Un hecho hay, sin embargo, ilustrativo. La Madrid tenía en la batalla del Rincón 110 hombres de infantería; cuando la acción se terminó, habían muerto 60 en la línea, y excepto uno, los 50 restantes estaban heridos.
Sí, sí, bien... Pues bueno; esta mañana, lo ha visto medio Vetusta, al ir Mesía a tomar el tren de Madrid, el correo, el que sube... ¿estás? se encontró con esa ministra, que es muy guapa por cierto, en medio del andén. ¡Figúrate!
Ese es el Madrid de hoy: esperad cinco años y será visitado por todos los viajeros de Europa, que de seguro hallarán en él una de las mas bellas ciudades de hoy: cuenta una poblacion de 300,000 habitantes.
José de Cañizares, nacido en Madrid en 1676 y muerto en el mismo lugar en 1750, comenzó á escribir para el teatro cuando contaba sólo catorce años, continuando en esta ocupación durante su larga vida, con la misma fecundidad, característica desde un principio, de los dramáticos españoles. Pasan de 80 sus comedias impresas.
Desapareció de Madrid, y al cabo de meses se susurró en la tertulia del café que estaba en la facción, y que D. Carlos le había nombrado algo como contador o intendente en su Cuartel Real.
Adiós, hijo de mi vida. Acuérdate de mí. ¡Que no fueran los minutos horas! Adiós... me muero por ti. Que no faltes. Y no te olvides del número. ¿Qué me he de olvidar, hombre? Primero me olvidaré de mi nombre. A la una en punto. Adiós, negra salada. Hasta mañana. Hasta mañana. Madrid. Diciembre de 1886. Parte cuarta En la calle del Ave-María i
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