Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de mayo de 2025
Al polvo y al cansancio que don Quijote y Sancho sacaron del descomedimiento de los toros, socorrió una fuente clara y limpia que entre una fresca arboleda hallaron, en el margen de la cual, dejando libres, sin jáquima y freno, al rucio y a Rocinante, los dos asendereados amo y mozo se sentaron.
A unos diez kilómetros del puente de Lóndres, sobre la márgen del Támesis, se encuentra la pequeña pero muy visitada y graciosa ciudad de Greenwich, interesante por diversos motivos.
Lo único que allí llama la atencion en lo económico es la famosa fábrica de armas, situada á la márgen derecha del Tajo, al poniente del istmo que he descrito. Me fué imposible visitarla, porque estaba cerrada en esos dias con motivo de la Semana Santa, que los pueblos españoles y sus análogos celebran con la ociosidad.
Desde el Mboteteí, bajando por el rio Paraguay, se halla el estrecho que ahora llaman de San Xavier, entre unos cerros, en 19 grados y 48 minutos. Uno de los cerros está en el márgen oriental del rio, y otros cuatro ó cinco se ven en la banda occidental.
Como edificios, son de citar á más del anterior, la casa cuartel de la Guardia civil, levantada á la margen del río, que lame con su corriente los límites del caserío, y la escuela, que se halla en el centro de la plaza, y que sirve de tribunal en las grandes solemnidades.
Los remeros van á la proa y á la popa, y uno con la pala sirve de timonero. Para dormir, así los de las canoas de guerra como los de las de carga, se previenen buscando antes de anochecer algun parage en la márgen del rio, donde el monte sea muy cerrado, y tenga mucha maleza de abrojos y espinas, de lo cual hay en aquella tierra abundancia entre los árboles.
Me han dejado pobre y desnuda al margen de dos rios, han arrebatado de mis sienes la diadema que podia recordar los dias de mi grandeza, y han dicho al mundo: héla aqui á la orgullosa reina musulmana: héla aqui reducida á contemplar en sus aguas cristalinas su marchita hermosura.
En el primer tercio del siglo XVI, y en un convento de frailes franciscanos, situado no lejos de la ciudad de Sevilla, casi en la margen del Guadalquivir y en soledad amena, vivía un buen religioso profeso, llamado Fray Miguel de Zuheros, probablemente porque era natural de la enriscada y pequeña villa de dicho nombre. No era el Padre alto ni bajo, ni delgado ni grueso.
Además, el matrimonio entre un caballero y una comiquilla de un teatro de cuarto orden, era un disparate. Sobre todo, cuando él esquivó cuidadosísimamente dar margen a la menor esperanza de vicaría, ¿qué podía temer? ¡No tendría uno poco trabajo si hubiese de entregar mano, porvenir, fortuna y nombre a cuantas se dejan prender en las redes de la seducción!
Si se tiende la mirada del lado del Escalda, se ve en primer término la línea inmensa de los muelles de la márgen derecha, donde reina un gran movimiento de marineros, carreteros, comisionistas, corredores, etc., ocupados en la carga y descarga de centenares de vapores y buques de vela atracados á los muelles, y en las diversas operaciones propias del comercio y la navegacion.
Palabra del Dia
Otros Mirando