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Actualizado: 11 de junio de 2025


»Por consiguiente, ya lo sabéis... No se puede trabajar los días festivos sin causa; que lo oigan bien esos que están a la puerta... ¡sin causa legítima!... Los que trabajen pecan mortalmente y están condenados, si no se limpian en el sagrado tribunal de la Penitencia, a las penas eternas del infierno.

que frenéticamente enamorado de doña Juana, legítima esposa del rico labrador D. Gregorio, la persigues con audaz imprudencia y procuras triunfar de la virtud y de la entereza con que ella se te resiste.

Y cuando llegan las nuevas contratas, los mercenarios ruiseñores levantan otra vez el vuelo, indiferentes, sin importarles dónde van; y de nuevo los trenes y los steamers los distribuyen por toda la tierra con sus ridiculeces y manías para recogerles meses después y devolverles a la Galería, su legítima casa, el escenario fijo en el cual han de arrastrar su vejez.

La señora Lucy comprendió en seguida los deberes que le imponía su condición de esposa legítima de un notable comerciante, y se procuró la competencia de la condesa Rabat, que no está en la primera juventud; pero que se arruinó a fuerza de proteger las letras y las artes y de subvencionar a los artistas. En el vestíbulo, la condesa da las últimas instrucciones a su discípula.

Legítima de la tierra. Esbelta, arrogante; brazos y garganta con adorables redondeces, y los blancos tules de Elsa amplios en la cintura, pero estrechos y casi estallando con la presión de soberbias curvas. Sus ojos negros, rasgados, de sombrío fuego, contrastaban con la rubia peluca de la condesa de Brabante.

No dejó legítima descendencia el Duque D. Perafán, sucediéndole en los Estados de su casa, su hermano D. Fernando Enríquez de Ribera, el cual, asímismo que los títulos y bienes de su antecesor, heredó el espíritu de cultura de aquel, que supo quilatar, al punto de merecer los mayores encomios de sus contemporáneos.

Era Xuantipa, la mujer legítima del agudo, elocuente y fogoso zapatero. El nombre Xuantipa provenía, por contracción, de Xuana la Tipa, alias o apéndice adquirido por herencia paterna.

Y puesto que Marta había emprendido una lucha legítima contra los ladrones y verdugos de su hija, ¿por qué retrocedería ante el papel que tenía que proseguir, cuando la libertad de su pobre Laura podía ser el precio de ese nuevo sacrificio? Catalina llegó pronto al llano en medio del cual se levantan las torres de Orsdael, y, desde la elevación en que se encontraba, miró hacia todos los lados.

Nunca, por ejemplo, ha habido menos hombres mantenidos por mujeres que en esta época, si se exceptúa bajo la forma legítima, aunque desairada, del coburguismo.

Quiteria, toda honesta y toda vergonzosa, asiendo con su derecha mano la de Basilio, le dijo: -Ninguna fuerza fuera bastante a torcer mi voluntad; y así, con la más libre que tengo te doy la mano de legítima esposa, y recibo la tuya, si es que me la das de tu libre albedrío, sin que la turbe ni contraste la calamidad en que tu discurso acelerado te ha puesto.

Palabra del Dia

vorsado

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