Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 5 de junio de 2025
El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente todo esto para no excitar con sus alabanzas á la lectura de libros que no merezcan ser leídos, pero tampoco deben escatimar el encomio á todo libro ó trabajo que sea digno de él, aunque la generalidad del público no sepa apreciarle.
El autor de la primera tenía ante sí un terreno, ya cultivado con preferencia, y podía suponer en los lectores suficiente noticia de los materiales literarios é históricos preexistentes, ó hacer referencias á libros muy leídos, en los cuales sería fácil adquirir esos conocimientos.
Tal como él era, mi pobre librejo ha tenido la fortuna de hallar en aquella tierra, cerrada a la verdad y a discusión , lectores apasionados, y de mano en mano, deslizándose furtivamente, guardado en algún secreto escondite, para hacer alto en sus peregrinaciones, emprender largos viajes, y ejemplares por centenares, llegar, ajados y despachurrados de puro leídos, hasta Buenos Aires, a las oficinas del pobre tirano, a los campamentos del soldado y a la cabaña del gaucho, hasta hacerse él mismo, en las hablillas populares, un mito como su héroe.» «He usado con parsimonia de sus notas, guardando las más substanciales para tiempos mejores y más meditados trabajos, temeroso de que, por retocar obra tan informe, desapareciese su fisonomía primitiva, y la lozana y voluntariosa audacia de la mal disciplinada concepción» .
Los discursos de Castelar leídos en las reuniones nocturnas, con sus maldiciones al pasado y sus himnos a la madre, al hogar, a todas las ternuras que emocionan el alma simple del pueblo, hacían caer más de una lágrima en las copas de vino.
Llegó á la ciudad de Buenos Aires á la una y media del dia, y habiendo entrado al Fuerte y siendo avisado nuestro Capitan General, mandó Su Señoría subiese arriba: á quien entregándole los pliegos, y leidos, se sirvió permitirle fuese á descansar hasta el otro dia de mañana, pues ya hacia tres dias y dos noches no habia dormido ni descansado dicho capitan. Dia 5.
Dulce, amable, consoladora, surgió ante mis ojos como una doncella pálida, de rostro tristemente risueño.... Sin darme cuenta de lo que hacía yo, mis labios repetían estos versos de Leopardi, leídos, pocos días antes, en las notas de un libro francés: «Solo aspettar sereno Quel di ch'io pieghi addormentato il volto Nel tuo virgineo seno.
Acordándose entónces la reyna de lo que habia en el trozo del libro de memoria de Zadig, mandó que se le traxesen, y confrontando ámbos trozos se vió que venia uno con otro; y los versos de Zadig, leidos como él los habia escrito, eran los siguientes: Un monstruo detestable es la sangrienta guerra; Hoy rige la Caldea en paz el rey sin sustos: Su trono incontrastable amor tiene en la tierra; El poder mismo afea quien no goza sus gustos.
Palabra del Dia
Otros Mirando