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Actualizado: 24 de octubre de 2025


Nunca le había estorbado aquella infeliz señora, ni en sus trabajos ni en sus vicios. Aunque sus queridas, sus extravagancias en el orden erótico eran conocidas de todo el mundo, D.ª Carmen o las ignoraba o fingía ignorarlas. Sin embargo, la última infidelidad del duque, la relación con la Amparo habíale acarreado disgustos.

Aquello se supo por el todo Madrid que se preocupa de estas cosas y la ira de Pepe no tuvo límites. El desvío, la infidelidad, el abandono de una mujer cuyos favores eran cuestión de dinero, constituyeron para él una humillación insoportable. Ahora me da lástima... debió de sufrir mucho.

Ahora que no vive, la contemplo libre de las transformaciones que el mundo y el contacto del mal le imprimían; ahora no temo la infidelidad, que es un rozamiento con las fuerzas de la Naturaleza que pasan junto a nosotros; ahora no temo las traiciones, que son proyección de sombra por cuerpos opacos que se acercan; ahora todo es libertad, luz; desaparecieron las asquerosidades de la realidad, y vivo con mi ídolo en mi idea, y nos adoramos con pureza y santidad sublimes en el tálamo incorruptible de mi pensamiento.

Señor Laubepin, conque ha dejado usted la plaza de Petits Pères, esa querida plaza de Petits Pères. ¿Ha podido usted decidirse á ello? ¡No lo habría creído jamás!... Verdaderamente, señor marqués respondió el señor Laubepin, es una infidelidad que no corresponde á mi edad; pero cediendo el estudio, he debido ceder también la casa, atendiendo á que un escudo no puede mudarse como una muestra.

Si la fortuna quería volverle la espalda, sería ya tarde para hacerle sufrir la amargura de su infidelidad. Era tan rico, había llegado tan alto, que estaba á cubierto de toda inquietud.

Maltrana admiró irónicamente la conducta del doctor. ¿Quién podría sospechar esta desesperación romántica en aquel viejo médico, con sus setenta años, sus patillas teñidas y sus dientes montados en oro?... Y en vida de la llorada señora tal vez se habrían peleado los dos frecuentemente y él llevaría sobre su conciencia más de una infidelidad... ¡La ilusión, Ojeda!

Cuando la condesa tenía excitados los nervios por la infidelidad de alguno de sus jóvenes admiradores arrojaba escaleras abajo las camisas y calzoncillos del conde, ordenándole como una reina ofendida que desapareciese para siempre.

Le pondré cara a cara con su villano proceder. Estoy convencido de que el coronel Roberto no apreciaba en todo su valor la prueba convincente de la infidelidad y perversión acusada y demostrada hasta la evidencia por el albergue concedido a la hija de Galba en su propia morada.

Una antigua oficiala de Emma, que tiene relaciones con el director de un diario importante, protege á Farjolle, que se dedica al periodismo. Entretanto, Emma burla á su marido con Vélard, que también ayuda á Farjolle. Este lo sabe, y acompañado de un comisario, sorprende á los culpables en delito flagrante de infidelidad.

A pesar de las promesas de seguridad y las sonrisas de los oficiales del buque, muchos pasajeros contemplaban con un gesto de indignación el Océano, lo mismo que si se quejasen de la infidelidad de un amigo. Cuando todos vivían olvidados del mar, éste se hacía presente con una cólera insólita.

Palabra del Dia

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