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Actualizado: 4 de julio de 2025
Encabezando el grupo, iba la misma dignidad que ya hemos visto al lado del lecho mortuorio, con su uniforme carnavalesco de colorinches y su impasible cara de foca. Mientras depositaban el cajón en la bóveda de la familia, yo me perdí en las calles del cementerio. ¡Cuánta vana pompa! Cómo podía medirse allí, junto con los mamarrachos de la marmolería criolla, la imbecilidad y la soberbia humanas.
La ciencia, el progreso, la subida de nivel de las almas humanas, han hecho del diablo un personaje de poco más o menos.
Natural es la que exercita el entendimiento por sus propias fuerzas, con la qual adquiere las verdades de las Artes y Ciencias humanas: y esta misma es la que hemos manifestado en esta Lógica, mostrando los caminos por donde ha de andar para proceder con acierto.
Pugnaba el arte nuevo por imitar el antiguo, pero la misma no vencida dificultad de la imitación daba ser a un arte distinto. Algo semejante ocurría en ciencias y en letras humanas.
Pero ahí están: su espíritu flota sobre esa reunión de hombres, y el extranjero que no tiene el hábito de ese espectáculo, cree verlos, cree oírlos aún con sus voces humanas. En el banco de los ministros, Gladstone, Bright, Forster... Pero el último romano domina a todos. En él concluye por el momento la larga serie de los grandes hombres de estado en Inglaterra.
No faltan en ellos ingeniosos chistes y cómicas situaciones, ni dejan de ser censuradas con agudezas de buena ley las locuras y ridiculeces humanas.
Varias poesías divinas y humanas, que escribió D. Agustín de Salazar y Torres, y saca á luz D. Juan de Vera Tassis y Villarroel, su mayo amigo. Primera parte: Madrid, 1694. Loas y comedias diferentes que escribió D. Agustín de Salazar y Torres. Segunda parte: en el mismo lugar y año.
En verdad, la reputaba como una sugestión bastante impía, tendiente a insinuar que todo debía de ser obra de manos humanas y que no había ningún poder sobrenatural capaz de hacer desaparecer las guineas sin tocar los ladrillos.
Sin el brazo que nivela y construye, no tendría paz el que sirve de apoyo a la noble frente que piensa. Sin la conquista de cierto bienestar material es imposible, en las sociedades humanas, el reino del espíritu.
Por fin, el señor Snell, el tabernero, hombre dispuesto a ser neutral y acostumbrado a permanecer alejado de las desinteligencias humanas, como inherentes a seres que tenían todos a igual título necesidad de beber, rompió el silencio diciéndole con tono indeciso a su primo el carnicero: ¿Hay gentes que dirían que es un lindo animal el que trajisteis ayer, Bob?
Palabra del Dia
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