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Actualizado: 11 de julio de 2025


La obstinación de estas naciones fué en gran parte originada de los españoles, cosa que no se puede traer á la memoria sin dolor y lágrimas, y por eso más quiero callarlo que escribirlo; y quien tuviere ánimo para leerlo, lo podrá ver en otros historiadores.

Y diciendo esto, sin atender a más razones, se echó como loco sobre ella, y tan de repente, que ella no pudo sustraerse a sus abrazos y a sus besos. Cinco o seis, que en el número no están de acuerdo los historiadores, le plantó en las frescas mejillas, que se pusieron rojas como la grana. Y no contento, le buscó la boca para besársela, y se la halló y se la besó.

En los comienzos del año de 1709 desarrolláronse en Sevilla unas calenturas malignas, las cuales ofrecían peligroso contagio, del que fallecieron no pocas personas, contándose entre ellas muchos clérigos é individuos del cabildo catedral, pues según los historiadores, atacó á éstos con preferencia el mal por el contacto en que á diario estaban con multitud de pobres infestados; que acudían á las gradas de la basílica y al palacio arzobispal á recibir limosnas.

Séanos lícito aludir aquí, de paso, á un arte que llegó en España á grande altura, y de la cual apenas tratan los historiadores que han escrito hasta ahora de este punto. Hablamos de la escultura de color en madera, que produjo innumerables obras en toda la Península, y principalmente en las provincias meridionales.

Para engañarnos basta ó mala fe ó error. Desgraciadamente, estas cosas no son raras. Pág. 72. Es muy dudoso si el periodismo causará daño ó provecho á la historia de lo presente; pero no puede negarse que multiplicará el número de los historiadores con la mayor circulacion de documentos.

Dicen algunos historiadores que si los franceses no hubieran llevado botín tan valioso, habrían podido salvarse retirándose por la sierra; pero que el afán de no dejar atrás aquellos quinientos carros llenos de riquezas les puso en el aprieto de rendirse, con la esperanza de salvar el convoy.

Las fundaciones de templos y monasterios cuya memoria nos han legado tantos respetables y diligentísimos escritores de nuestras antigüedades y de las cosas de la Iglesia desde los primeros historiadores de la monarquía restaurada como el monge de Albelda y el obispo D. Sebastian, justifican sobradamente nuestra suposicion.

Tradición es, y aun lo afirman algunos historiadores autorizados, tales como Méndez Silva y Mariana, que el primer reloj de torre que se conoció en España lo tuvo Sevilla y que éste se instaló en 1400.

Pero esto era un fondo poco interesante para la figura del héroe, y muchos años después de su muerte, ciertos historiadores ganosos de dar emoción trágica a sus relatos, inventaron lo de la sublevación de las tripulaciones que, asustadas, querían retroceder, y la amenaza al Almirante de echarlo al agua si no descubría tierra en el plazo de tres días.

Gomez Bravo, lo esclarecieron manifestando el error en que los mencionados historiadores y el vulgo habian incurrido, y haciendo ver que el personage sepultado en la antigua capilla mayor no era otro que el duque de Medinasidonia D. Enrique de Castilla, hijo natural del rey D. Enrique II, y cuya madre, por el grande amor que le tenia, no quiso apartarse de su cuerpo aun despues de muerto.

Palabra del Dia

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