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Actualizado: 3 de junio de 2025
Hay, entre varios otros objetos, un púlpito y un confesonario todavía enteros, y cuya profusion y riqueza de esculturas los harian distinguir ciertamente como bellísimos adornos en los templos mas notables. Es pues muy sensible que se dejen así perder estas ricas producciones del arte, en vez de hacerlas trasportar á las grandes poblaciones, en cuyas catedrales hallarian muy apropiada colocacion.
No cabe duda dijo Dolly casi con contrición que es más fácil decir estas cosas que hacerlas, y casi me da vergüenza hablar de ellas. No, no, señora Winthrop dijo Silas , tenéis razón. Existe algún bien en este mundo, ahora lo comprendo; y esto nos convence de que hay más del que podemos pretender, a pesar de los disgustos y la maldad.
Casi todos eran mujeres: por milagro llegaba un hombre a confesarse. Estas mujeres, siempre las mismas y con los mismos pecados, concluyeron por aburrirle. Al principio, observando la docilidad con que escuchaban sus consejos, la ardiente piedad que mostraban y afición a los sacramentos, imaginó que le sería fácil hacerlas cada día mejores, levantarlas hasta la santidad o poco menos.
Las cinco azalas del dia son de obligacion inescusable, pero como queda indicado no es obligatorio hacerlas todas en público. En público, esto es, en la mezquita, solo es de riguroso precepto la del viernes ó dia festivo, á la hora de adohar; las demas se pueden hacer privadamente, y cada cual de hecho las hace en el lugar ó sitio en que le coge la hora de cumplir este deber.
Salabert esperaba de un momento a otro, por medio de una gran oferta que tenía preparada, introducir el pánico en el mercado y hacerlas bajar a cuarenta. Entonces, por medio de sus agentes en Madrid, en París y en Londres, se haría dueño de la mitad más una, y por lo tanto del negocio.
Pasando por sobre las leyes humanas y hasta ¡mayor prueba! por sobre las divinas, había esperado hacerlas aceptar al hombre que las negaba y combatía todas. Ella misma había caído en el error por evitar que continuase consumándolo, para hacer que creyera en algo bueno. Y de ese soberbio sueño se había despertado impotente, lastimada, envilecida ella también.
Aljófar, que todavía cantaba porque aún tenía estómago insaciable que se lo exigía, entonó en letras de molde una silva de media vara, en que hubo más juegos de luz que en un «cuadro disolvente». Ni de las murmuraciones a escondidas ni de las alabanzas en público, tuvo noticias Luz; porque las primeras no se oían, y cuidó mucho su madre de ocultar las segundas con el sabio propósito de que desconociera su hija, mientras esto fuera posible, aquella mala costumbre de poner a las gentes en ridículo queriendo hacerlas un favor.
Digo, pues, que pueden trabajarse las oraciones con estudio, y á veces es necesario valerse del arte para hacerlas perfectas; porque el fin principal del Orador es persuadir, y para esto algunas veces es menester excitar los afectos, y animar las pasiones de los oyentes, lo qual con el arte se hace maravillosamente.
Algo más grande y de mayor brillo había soñado el gabarrero, sin saber ciertamente lo que era.... Pero, en fin ¡vaya por la medicina! Y como puesto á hacer las cosas había que hacerlas bien, le enviaría á estudiar á Madrid. No reparaba en gasto más ó menos.
Hacerlas saltar juntas de diez a doce minutos. Rociarlas con cuatro cucharadas de una buena salsa de tomate, y después servirlas.
Palabra del Dia
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