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Actualizado: 23 de mayo de 2025
La próspera fortuna del caballero del Espíritu Santo, de Juan Grajales. El esclavo del demonio, de Mira de Mescua. La próspera fortuna del famoso Ruy López de Avalos, el Bueno, de Damián Salustrio del Poyo. Dos partes. El Sancto negro Rosambuco de la ciudad de Palermo, de Lope de Vega. Además cinco loas y tres entremeses: del Sacristán Soguijo, de los Romances y de los Güevos.
1050 Yo también tengo algo blanco, pues tengo blancos los dientes; sé vivir entre las gentes sin que me tengan en menos: quien anda en pagos ajenos debe ser manso y prudente. 1051 Mi madre tuvo diez hijos, los nueve muy regulares; tal vez por eso me ampare la providencia divina: en los güevos de gallina el décimo es el mas grande.
155 Si salen a perseguir después de mucho aparato, tuitos se pelan al rato y va quedando el tendal: esto es como en un nidal echarle güevos a un gato. VI Desertor. Las ruinas del rancho. 156 vamos dentrando recién a la parte mas sentida, aunque es todita mi vida de males una cadena: a cada alma dolorida le gusta cantar sus penas.
Y por ahora, Sanchica, atiende a que se regale este señor: pon en orden este caballo, y saca de la caballeriza güevos, y corta tocino adunia, y démosle de comer como a un príncipe, que las buenas nuevas que nos ha traído y la buena cara que él tiene lo merece todo; y, en tanto, saldré yo a dar a mis vecinas las nuevas de nuestro contento, y al padre cura y a maese Nicolás el barbero, que tan amigos son y han sido de tu padre.
Los viernes solía inviar unos güevos, con tantas barbas fuerza de pelos y canas suyas que pudieran pretender corregimiento u abogacía Pues meter el badil por el cucharón y inviar una escudilla de caldo empedrada era ordinario. Mil veces topé yo sabandijas, palos y estopa de la que hilaba en la olla. Y todo lo metía para que hiciese presencia en las tripas y abultase.
365 De los males que sufrimos hablan mucho los puebleros, pero hacen como los teros para esconder sus niditos: en un lao pegan los gritos y en otro tienen los güevos. 366 Y se hacen los que no aciertan a dar con la coyontura: mientras al gaucho lo apura con rigor la autoridá, ellos a la enfermedá le están errando la cura. XIII. A los indios me refalo
Porque quiero que sepan vuestras mercedes que las señoras de Aragón, aunque son tan principales, no son tan puntuosas y levantadas como las señoras castellanas; con más llaneza tratan con las gentes. Estando en la mitad destas pláticas, saltó Sanchica con un halda de güevos, y preguntó al paje: -Dígame, señor: ¿mi señor padre trae por ventura calzas atacadas después que es gobernador?
Hallaron al paje cribando un poco de cebada para su cabalgadura, y a Sanchica cortando un torrezno para empedrarle con güevos y dar de comer al paje, cuya presencia y buen adorno contentó mucho a los dos; y, después de haberle saludado cortésmente, y él a ellos, le preguntó Sansón les dijese nuevas así de don Quijote como de Sancho Panza; que, puesto que habían leído las cartas de Sancho y de la señora duquesa, todavía estaban confusos y no acababan de atinar qué sería aquello del gobierno de Sancho, y más de una ínsula, siendo todas o las más que hay en el mar Mediterráneo de Su Majestad.
Mi madre está en la villa ascar manteca, pan de álaga y azúcara..., y mi padre trijo esta meodía dos jarraos de vino blanco, ¡más güeno! Y toos los güevos de la semana están guardaos pa hoy..., má e quince, así de gordos.... Ello, vamos á gastar en esta noche-güena veintisiete rialis que están agorraos. ¡Miá qué cencia!
Palabra del Dia
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