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De un día a otro y durante un tiempo no breve, nadie reconocía en él al mismo hombre y, abandonó las compañías indignas, luego de los entretenimientos viles; por una reacción que no se había podido prever, no vivió sino de sueños, de puras contemplaciones, en adoración muda y discreta; a todo eso no lo animaba otro propósito que el de hacerse digno de ser amado por medio de una vida ejemplar.

A mi ver, todo era una mala pasión de despecho, porque se recataban de ella y de las de su grupo en sus entretenimientos y conversaciones.

Los militares se reunían en una especie de casino, situado junto a la fonda principal, y allí se jugaba, mezclando los entretenimientos lícitos con los prohibidos; se bebía café, se vaciaban botellas y se charlaba de lo lindo. Fuera de aquel círculo halló nuestro amigo algunos que, a pesar de pertenecer a la clase militar, se mantenían retraídos.

Atentísimo estuvo Sancho a la relación de la vida y entretenimientos del hidalgo; y, pareciéndole buena y santa y que quien la hacía debía de hacer milagros, se arrojó del rucio, y con gran priesa le fue a asir del estribo derecho, y con devoto corazón y casi lágrimas le besó los pies una y muchas veces. Visto lo cual por el hidalgo, le preguntó: ¿Qué hacéis, hermano? ¿Qué besos son éstos?

Felipe II manifestó frío desdén á todas las artes que embellecen y alegran la vida; su sucesor, poco dado á estos placeres de la imaginación, mostró tan poco afecto y tan escaso gusto á estos entretenimientos del espíritu, que sólo se acordó del teatro para suscitarle obstáculos é imponerle restricciones, y, sin embargo, cabalmente cae en los reinados de Felipe II y III la época en que alcanzó el teatro mayor perfección y explayó sus inagotables riquezas.

Por último, al saber la mucha estima, veneración y afecto que el Príncipe le tenía, y el amor y cuidado con que guardaba las tres prendas robadas en la preciosa cajita de sus entretenimientos, la Princesita, a pesar de su modestia, no pudo contenerse, abrazó y besó a la lavanderilla y a la doncella, e hizo otros extremos no menos disculpables, inocentes y delicados.

Cerradas las maderas, se prepararon los cuatro a echarse a pechos la larguísima velada, que parecía un siglo, cuando no era conllevada de interesantes y variados entretenimientos. Doña Hermenegilda hacía media con ligereza suma. Aquella noche necesitó devanar madejas de hilo, y como no tenía devanadera, prestose, como otras veces, a suplirla el bendito Padre Zorraquín. Era hombre amabilísimo.

Porque la peor de sus mortificaciones era tener que desempeñar el papel de mujer venturosa, y verse obligada a contribuir con sus risitas a la felicidad de D. Baldomero y doña Bárbara, tragándose en silencio su amargura. Ya no le quedaba duda de que su marido entretenía, como se dice ahora, a una mujer, y de estos entretenimientos no tenían ni siquiera sospechas los bienaventurados papás.

De las pagas, entretenimientos y ventajas que ofreció á la nobleza y Capitanes, no señalan los Historiadores cosa con particularidad, solo el oficio y dignidad de Megaduque de Roger, y el de Senescal en Corberan de Alet.

Y ya en Córdoba, y antes de todo, comenzó a visitar las bibliotecas y curiosidades de la ciudad celeste. Anduvo largos días Caleb en tales entretenimientos y recreaciones, cuando, dando punto en ellos, trató de pensar en su futura suerte.