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Actualizado: 8 de julio de 2025
¿Qué es esto sino borrar el santo cariño de la hija, bajo el egoísmo grosero é impío de la sierva? ¿Qué es esto sino borrar el sacramento providencial del padre, bajo la crueldad idiota del salario?
Contaremos brevemente el peregrino caso advirtiendo que esto quizás parecerá en extremo pueril á algunos, pero á los que tal crean, les recordaremos que nada es tan ocasionado á puerilidades como un íntimo y puro dolor, de esos en que no existe mezcla alguna de intereses de la tierra, ni el desconsuelo secundario del egoísmo no satisfecho.
Cuando siente Delaberge tales añoranzas pregúntase si no ha despreciado estúpidamente el todo por la nada, y entonces llena su mente y le obsesiona la idea del matrimonio. Se mira al espejo, se dice que es joven todavía y murmura como Juan de Lafontaine: «¿Ha pasado ya para mí el tiempo del amor?» Pero ni aun durante estas crisis de tristeza le abandona del todo su habitual egoísmo.
Contaremos brevemente el peregrino caso, advirtiendo que esto quizás parecerá en extremo pueril á algunos; pero á los que tal crean, les recordaremos que nada es tan ocasionado á puerilidades como un íntimo y puro dolor, de esos en que no existe mezcla alguna de intereses de la tierra, ni el desconsuelo secundario del egoísmo no satisfecho.
El miedo al Mosco le hizo ser atrevido y arrostrar el peligro de una vez... ¿Era de veras que Feli le quería? Pues a seguirle, a vivir juntos, olvidados de todo lo que no fuese su amor. Los dos hablaron sin emoción alguna, con el egoísmo de la pasión, de abandonar al padre, de engañar al amigo. Maltrana tenía dos mil reales, un capital, pues jamás había visto tanto dinero.
Al principio el egoísmo de la madre triunfó y se alegró de aquel rompimiento que suponía. Conoció que su hijo no se humillaría jamás a pedir una reconciliación, que antes moriría desesperado como un perro, allí, en aquel lecho donde había caído al cabo, después de pasear la cólera comprimida por toda Vetusta y sus alrededores, de día y de noche.
»Hagamos, pues, el último sacrificio, el más cruento de todos, aunque nos cueste la vida. Ni la menor sombra de egoísmo debe manchar lo más desinteresado, misericordioso y divino que posee el alma humana: el amor de padre.
Vinieron á su memoria los elogios que había prodigado al cañón de 75 sin conocerle mas que por referencias. Ya había presenciado sus efectos. «Tira demasiado bien», murmuró. En poco tiempo iba á destrozar su castillo; encontraba excesiva tanta perfección... Pero no tardó en arrepentirse de estas lamentaciones de su egoísmo. Una idea tenaz como un remordimiento se había aferrado á su cerebro.
Amigo mío le respondí con tono triste y desengañado , en este momento me hallo en igual caso que usted... Dentro de unos momentos voy a saber si mi novia me quiere o me manda con la música a otra parte... Esto último será lo más probable. Conque ya puede usted dispensarme. Pero ¿cree usted que Fernanda...? replicó con egoísmo feroz, sin tomar en cuenta para nada mi confidencia.
Luchaste allá en la vieja monarquía con voluntad exenta de egoísmo, sirviéndote de escudo el patriotismo y nuestra santa libertad por guía. Vertiste gota a gota tu energía en la lucha mental del periodismo, al pueblo predicando el heroismo y encendiéndole en sacra rebeldía. Y es justo que hoy, en los nativos lares, ensalce el vate en líricos cantares tu nombre pregonado por doquiera;
Palabra del Dia
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