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Actualizado: 16 de junio de 2025


Pero es el caso que una niña, muy guapa y muy devota a la vez, me ha pedido que ponga en letras de molde esta conseja, y ya ven ustedes que no hay forma de esquivar el compromiso. ¡Ay, que se quema! ¡Ay, que se abrasa el ánima que está en pena!

Más habló el Magistral para exponer el plan de vida devota a que había de entregarse en cuerpo y alma su amiga desde el día siguiente, y terminó tratando con detenimiento especial la cuestión de las lecturas. Recomendó particularmente la vida de algunos santos y las obras de Santa Teresa y algunos místicos.

Ella era muy devota, había sido una santa y seguía en opinión de tal, porque procedimos siempre con cautela y recato.

La gorda estaba en medio, y era imposible acomodarse con holgura á causa de doña Petronila y de la adelfa. Pero al fin, después de mil cumplimientos, la devota se encontró en medio, teniendo á la derecha á Lázaro y á la hermana del clérigo á la izquierda. La procesión empezó á desfilar. El clérigo hablaba por los seis, y hablaba tan fuerte, que los transeúntes se quedaban mirando á los balcones.

Religiosa por superstición, devota por fe heredada, hipócrita por el qué dirán, e intransigente por decoro, adoraba la misa en que estrenaba un traje, la Semana Santa en que, tan guapa como el año anterior, pedía para los pobres, o la novena que autorizaba una cita.

A más de éstas, había otras muchas de menos importancia, y puede decirse que, al mediar la décima octava centuria, no existía en Sevilla iglesia, convento, capilla, cruz ó retablo donde no estuviese formada una hermandad, que por las noches recorría las calles, más ó menos devota y gravemente, con sus campanillas, su cruz, su estandarte y sus grandes faroles.

Marisalada, que no la echaba de devota, y que no se cuidaba mucho de ejercer su habilidad bajo aquel maestro al cembalo, respondió al veterano con un no pelado, sin preámbulo y sin epílogo. Este monosílabo aterró a don Modesto más que una descarga de artillería; y no supo qué hacer.

Por Dios, señor de Carrascosa: en verdad tiene usted unas cosas ... dijo Salomé pasando la mano por el fragmento de cabellera que entre su apergaminada frente y su tocado aparecía. ¡Jesús! repórtese por Dios dijo desde dentro la devota. Me horrorizan sus palabras.

En efecto era así, y a no mediar ciertas ideas de devota pudicicia, él extendería las abluciones frecuentes al resto del cuerpo, que procuraba traer lo más aseado posible.

A las once y media, terminados los oficios divinos, cuando ya no salía de la Basílica mas que alguna devota retrasada, comenzó á funcionar el tribunal.

Palabra del Dia

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