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14 de septiembre. ¡Cuántas gentes que se quejan de la monotonía de la naturaleza, que no ven más que cuadros estériles y fastidiosos, que piensan que con una ojeada pueden verlo todo y abarcarlo todo y que no deberían quejarse más que de la imperfección de sus facultades, de la pobreza de su imaginación y de sus sentidos!

Pero ni a unos ni a otros se les deberían dar tierras para estancias, y si las necesitaban podrían arrendar las grandes y cómodas rinconadas que hay en los términos de los pueblos, o comprarlas según lo considerasen más útil, pero con la obligación de tener casa poblada en el pueblo a donde correspondieran.

Como encargada á los jueces letrados la recaudacion del tributo que pagan los indios, deberá arreglarse en disposicion separada qué clase de garantías y en qué forma deberian prestar por este encargo, y simplificar metódicamente el sistema de cuentas que anualmente deben rendir de los fondos que recaudasen; pues el método que se observa de dar cuentas de su administracion los alcaldes mayores y correjidores al concluir y cesar en su encargo, es perjudicial y ruinoso al erario público, á los interesados, y á la recta administracion de justicia: cuentas claras y anuales es el modo mejor de poner á cubierto y en buena administracion los fondos del estado, y si se hallase otro medio mas seguro, ese deberia ser el que se adoptase.

Mannheim posee de 25 á 28,000 habitantes que, si no tuviesen negocios en qué ocuparse con actividad, lindos y numerosos jardines en las cercanías, y agradables paseos en las riberas de los rios y en el magnífico parque del palacio gran-ducal, deberían morirse todos de tedio, al vagar por aquellas calles anchísimas, rectísimas y tristísimas, orilladas por hileras de casas absolutamente iguales y cortadas invariablemente en ángulos rectos.

Las indias se deberían ocupar en hilar algodón, comprándoles por su justo precio cada día o cada semana el hilo, pagándoselo de contado según su calidad, dándoles algodón en parte de pago, para que nunca les faltase qué hilar.

Lo que él conocía era tan feo, tan poca cosa, que las bellezas que había soñado y de que hablaban los versos y los libros de aventuras, deberían de estar, de fijo, en todos esos lugares desconocidos.... En Méjico había visto poco bueno; pero al fin Méjico había sido colonia española, y se le había pegado la pequeñez de por acá. El verdadero extranjero era otro.

Si el internet quiere convertirse realmente en la Red Global que se promueve, todos los usuarios deberían tener acceso a él sin el problema del idioma. Considerar el internet como exclusivo de la gente que, por accidente histórico, necesidad práctica o privilegio político, habla inglés, es injusto para la gente que no habla este idioma."

Lo que a me parece es que los cuatro pueblos de Santiago, Santa Rosa, Nuestra Señora de Fe y San Ignacio Guazú deberían quedar agregados al obispado del Paraguay, y los veinte y seis restantes al de esta provincia; y que sus límites, por el norte, fuesen el monte de Santiago hasta el Paraná, como queda dicho, bajando por él hasta la ciudad de Corrientes, incluyendo en esta provincia aquella ciudad y su jurisdicción, y bajando hasta el río Guayquiraro, que sirviese de términos por la banda del oeste, y siguiendo el Guayquiraro hasta su origen, y de allí línea recta a buscar el arroyo Mocoretá hasta el Uruguay, pasando a buscar el río Cuarey, como ya queda dicho.

De estas rentas deberían pagarse todos los gastos de la iglesia, culto divino, salarios de sacristanes y cantores, que también tendrían ayuda de costa por el pueblo para que fuesen maestros de niños, como dejo dicho, los acólitos, que éstos sería bueno lo fuesen de los de la escuela; y así ellos como los maestros y discípulos de la música tendrían obligación de acudir a la iglesia a todo lo que se ofreciese, como que las escuelas habían de estar contiguas a la iglesia.

Pero cuando pensaban ya en qué castigo deberían imponer á Flimnap y sus compañeros, los párrafos obscuros y descorazonantes del profesor hicieron resurgir su optimismo y su bondad. Una de las varias muchachas de la Guardia que curioseaban en torno del revólver se había quitado el casco para asomarse á la negra boca del cañón del arma.