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Actualizado: 19 de julio de 2025
Primero que se determinase á darles recaudo, fueron tantos los muertos, que hubo banderas desarboladas y nave en que no quedaron 20 hombres.
Estaban seguros de llegar allá antes que Elena. Consultaron con ésta el caso, y teniendo en cuenta lo próximo que se hallaba su matrimonio, la joven señora no tuvo inconveniente en darles permiso para hacerlo. Llegó el tren. Un minuto de parada.
Los hechos del arte son los que narramos, y solo para darles vida, color y voz, los colocamos sobre el campo de las ideas y costumbres.
No es difícil, pues, encontrar el español de ayer, a poco que se observe el que tenemos delante. Al pensar en la ilustración de esta obra, quise, como he dicho al principio de la edición, que manos de otros artistas vinieran a dar a las escenas y figuras presentadas por mí la vida, la variedad, el acento y relieve que yo no podía darles.
Lo mismo ha sucedido con los que han trabajado de calafates en los barcos de San José; y, en fin, cuantos se emplean en estos términos trabajan con gusto y empeño. Todos los españoles empleados en los pueblos tienen uno o más indios que los sirven, sin darles más jornal que la comida, el vestido y algún corto realillo.
Aquellas señoras iban y venían por turno de un salón a otro para dar conversación a los inoportunos y descomunales parientes. A mí no pudieron menos de ponerme en el secreto y también me enviaron con disimulo a darles un poco de conversación.
El baile estaba en su apogeo, cuando sentí en torno un murmullo. Dos mujeres del gran mundo entraban en el salón y las parejas se abrían para darles paso. Don Benito acompañaba a una de ellas, y la otra, contra la más estricta regla de nuestros salones, caminaba sola al lado. Don Benito vino derecho adonde yo conversaba con un grupo de amigos.
Tal vez a usted le sorprenda oírme hablar así... o más bien... debe haberle llamado la atención de que únicamente yo no le diese nunca una broma con Adriana. Confiese que le ha sorprendido. Me hizo pensar, más bien... ¿Lo inquietó? ¡Qué tontera! Yo esperaba, para darles bromas, y para ayudarlos, que se enamoraran los dos completamente.
Con facilidad se comprenderá ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua de nuestra soberanía, pudiéramos dar á los Estados Unidos, si, por mediación de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado pudiéramos darles la más amplia libertad de comercio en aquella porción de nuestro territorio.
Con toda su tardanza al fin llegaron A la Puná, dó estando descuidada La gente inglesa, ellos comenzaron A darles una grande rociada; Mataron veinte, dos les cautivaron. La gente inglesa así desbaratada, Recogese huyendo á una montaña, Los nuestros se estan quedos en campaña.
Palabra del Dia
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