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Actualizado: 23 de junio de 2025
D. Álvaro de Sande. Estaba en este tiempo muy malo Juan Andrea Doria, y envió algunas veces con Plinio de Bolonia á decir al Duque que mandase que se embarcase la gente y las otras cosas que habían de ir en cristiandad, y si también que el Duque mandó dar 200 escudos de su casa á Agustín Febo, alguacil real del armada, porque solicitase la embarcación de la manera que Juan Andrea pedía que le embarcasen y el Duque que lo embarcasen: las causas que hubo para lo que quería el uno y el otro no se hiciese, se pueden bien saber y á mí no toca decirlas.
Aunque la fortuna de esta tempestad no deshizo esta nueva cristiandad, no obstante, la conmovió no levemente y cortó al mejor tiempo el curso próspero de nuevos aumentos, porque agostó las floridas esperanzas de acrecentar con buen número de almas la Reducción de San Francisco Xavier, y aun de fundar otras en los Penoquís, Xamarós y Quicmes, que estaban bien dispuestos para alistarse en el número de los fieles; antes bien de este accidente provino la destrucción de las dos Reducciones de Chiriguanás, aunque tan distantes y remotas del peligro.
De aquí se condujo á la villa de Tarija á tratar los negocios de aquella cristiandad con el nuevo Provincial P. Blas de Silva, que desde el día 16 de Septiembre de 1706 gobernaba esta provincia, llevando consigo los Guarayos prácticos del Paraguay.
El aspecto general de unos y otros debia ser próximamente el de los demas monasterios benedictinos de la cristiandad, sobre todo despues de la famosa congregacion de Aquisgran, celebrada el año 817 por disposicion de Ludovico Pio, cuyos capítulos ó cánones se hicieron obligatorios á cuantos vivian bajo aquella regla en el Occidente.
Y vinieron entonces para la cristiandad aquellos oscuros y miserables diez siglos de la edad media, en dieta rigurosa de pensamiento divino, en los que la inteligencia humana no dio un solo paso adelante, estancada en la parálisis mental de los musulmanes y por las mismas circunstancias: todo estaba pensado, todo estaba resuelto, todo estaba dicho, todo estaba escrito de antemano por los profetas y los apóstoles, bajo el dictado o la inspiración de Dios mismo, y sancionado con penas horrorosas.
Se ha reparado en que Silvestre Antonio de Roxas no expresa en su informe qué modo de cristiandad, uso de sacramentos, y gobierno eclesiástico tienen los españoles Césares, ni qué república y leyes civiles observan; el vestuario y las armas que usan; obrages y otras circunstancias que calla; ni lo que discurren de los otros españoles de estas partes, de que talvez tendrán noticias tan dudosas y confusas como nosotros de ellos.
Al fin se libraron de sus continuos asaltos á costa de un rico presente de cuchillos, cuñas de hierro y algunas varas de lienzo, que los pueblos de los Guaranís enviaban de limosna á la cristiandad de los Chiquitos.
Personificacion terrible de la autoridad y de la razon de estado, reunia este monarca, como condiciones para reconstituir con la fuerza la disuelta union de la cristiandad, al celo religioso el arte de sacrificar á la política todo humano instinto.
Dios se lo perdone á quien fué causa de tan gran pérdida y destrozo y tan universal daño de la cristiandad, porque si al tiempo que la armada turquesca llegó estaban quedos y firmes así los de mar como los de tierra, no les podía faltar más seguro partido y mejor suerte, y no murieran tantos pobres hombres y desdichados heridos y dolientes, que era la mayor piedad y compasión del mundo vellos hacer pedazos sin poder tomar armas para defenderse, y con tanta crueldad ser muertos.
Miró Cristela al enano de pies a cabeza, con mirada tan despreciativa, que a no llevar Bob puesta su cota de hierro bajo el mandil de cuero, hubiérale partido en dos mitades como la espada de un gigante. ¿Cómo se atrevía esa rata de las montañas a suponer que ella, Cristela, la princesa mejor educada de la cristiandad y sus alrededores, tuviera una mala costumbre?... Verdad que de pequeña tuvo algunas, como la de pellizcarse la nariz, comerse las uñas y empujar con el dedo la comida servida en el plato... Pero todas fueron corregidas por las reprensiones y castigos que le impusiera la reina, su agusta madre.
Palabra del Dia
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