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Las altas chimeneas como negros fantasmas, ni aun en aquella hora avanzada de la noche, dejan de vomitar vapores infernales. Nolo y Demetria las contemplan con horror y se muestran satisfechos cuando las dejan atrás. Llueve de nuevo y de nuevo se refugian bajo el corredor de una casa.

Era, pues, preciso operar a la vista de aquellos a quienes, más tarde o más temprano, había de llegar el turno. Cuanto hemos descrito sucedió en pocos instantes. Materne y sus hijos contemplaban tales escenas como se contemplan las cosas horribles, para saber lo que son; luego vieron en un rincón, a la izquierda, debajo del reloj antiguo de loza, un montón de brazos y piernas.

Relacion individual que dan los dos Pilotos comisionados al reconocimiento de la campaña, de los parages que contemplan mas al propósito para fortificar y poblar. Extracto resumido de lo que ha ocurrido en la expedicion del descubrimiento de la Bahía sin Fondo, en la Costa Patagónica.

Mi niñez fue triste y árida como esos arenales africanos que desde a bordo contemplan por largas horas los viajeros al aproximarse a las costas del Senegal.

Quien esto, y vea tambien el poco cuidado con que hoy se tratan estas cosas, bastándole á qualquiera para llamarse Físico el entender dos ó tres fragmentos de un vano, pero pomposo sistema, conocerá que la verdadera Física está muy atrasada, y muy distante del punto de perfeccion, en que muchos la contemplan.

¡Dediquemos el pansit al chino Quiroga, uno de los cuatro poderes del mundo filipino! propuso Isagani. ¡No, á la Eminencia Negra! ¡Silencio! exclamó uno con misterio; en la plaza hay grupos que nos contemplan y las paredes oyen.

Ella hace con la cabeza un signo afirmativo, adoptando una expresión de dignidad, mientras sus ojos se llenan de malicia. ¡Pero si parece usted una muchacha soltera! No hace tanto tiempo que no lo soy dice ella riendo. Los dos, uno a cada lado del seto, se contemplan con curiosidad.

En primer lugar, el amor del alma se confunde muy a menudo con los antojos del cuerpo; pero, aunque no se confunda, el amor, o lo que sea, se acaba luego, porque no duran más los incentivos que le producen; o si se conservan, pierden el encanto por la costumbre de verlos; el resultado es el mismo; lo que se llama amor, desaparece, y la venda se cae; y entonces, cuando los ojos contemplan asombrados lo muchísimo desconocido que tienen delante, la codicia de ello inflama los apetitos, y el hombre más sesudo y morigerado olvida sus deberes y se hace un glotón de cuanto ve.

El espectáculo del mundo, más que en el mundo mismo, está en los ojos que lo contemplan.

Al fin la vio, pero sin mantilla blanca, sin nada que recordase a aquella señora de Sevilla semejante a una maja de Goya. Parecía, con su cabellera rubia y su sombrero original y elegante, una extranjera de las que contemplan por primera vez una corrida de toros.