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Actualizado: 24 de junio de 2025


A poco rato se vinieron todos los caciques, y uniéndose el Comandante con la oficialidad, salimos á recibirlos: y despues de grande razonamiento que dichos caciques hicieron y le fué esplicado á dicho Comandante por los intérpretes, se dieron las manos uno á uno hasta el último oficial, y retirándose el Comandante y dichos oficiales con los caciques, los regaló, mandando á un mismo tiempo echar pié á tierra á nuestra gente, para que acampase y comiese: y antes de ponerse el sol se retiraron á sus toldos.

Y paréceme a que en esto de los gobiernos todo es comenzar, y podría ser que a quince días de gobernador me comiese las manos tras el oficio y supiese más dél que de la labor del campo, en que me he criado. -Vos tenéis razón razón, Sancho -dijo la duquesa-, que nadie nace enseñado, y de los hombres se hacen los obispos, que no de las piedras.

34 Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. 35 Mas la sabiduría es justificada de todos sus hijos. 36 Y le rogó uno de los fariseos, que comiese con él. Y entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.

Y aun tenía orden Leonela que comiese primero que Camila, y que de su lado jamás se quitase; mas ella, que en otras cosas de su gusto tenía puesto el pensamiento y había menester aquellas horas y aquel lugar para ocuparle en sus contentos, no cumplía todas veces el mandamiento de su señora; antes, los dejaba solos, como si aquello le hubieran mandado.

No se dejó de reír don Quijote de la simplicidad de su escudero; y así, le declaró que podía muy bien quejarse, como y cuando quisiese, sin gana o con ella; que hasta entonces no había leído cosa en contrario en la orden de caballería. Díjole Sancho que mirase que era hora de comer. Respondióle su amo que por entonces no le hacía menester; que comiese él cuando se le antojase.

Doña Mónica, la patrona que le tenía alojado por la módica cantidad de tres pesetas cincuenta céntimos diarios en un cuarto de la calle de las Hileras, le aconsejaba prudentemente «que no hiciese caso y comiese», pero él no podía seguir este consejo prosaico al menos en su primera parte.

No podía compararse con la señora de Goycochea, que él veía como una gran dama de majestad imponente otro motivo de envidioso rencor . Era una muchacha de la tierra, que había gobernado la casa con economía feroz, cuidando de que cada dependiente comiese lo estrictamente necesario para mantenerse en pie, sin hartazgos que perjudican a la salud.

Habiendo caminado de mañana distancia de cinco leguas, llegamos á pasar un gran arroyo de mucha barranca y profunda: y siguiendo el mismo rumbo del E, llegamos á las doce del dia á un arroyo pequeño, donde paramos para que comiese la gente de lo que se habia cazado, y descansase la caballada un poco.

«Otro aposento mas adentro, que llamaban el de la chimenea, estaba tambien todo colgado de tapicería mas fina, y allí habia un rico dosel, y este aposento sirvió para que la reina comiese los dias que duró la fiesta de la coronacion del rey.

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