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Actualizado: 17 de mayo de 2025
El viernes 18, se hallaron á medio dia en 42 grados y 33 minutos, hácia donde se pone comunmente el rio del Sauce; pero los vientos contrarios no les permitieron arribar á él.
La primera, esto es, Asunción, no tenía necesidad de aprender nada, porque era destinada al matrimonio. Y, por último, no quiero dejar en la obscuridad al ayo del joven D. Diego. Llamábanle comúnmente D. Paco, y era un varón de gran sencillez y moderación en sus costumbres, aunque algo pedante.
En su espíritu y traza se asemejan evidentemente á las composiciones de Lope de Rueda, cuyo estilo se conservó en los entremeses, ocupando su lugar el drama más sublime y de más elevada poesía . Los sainetes, con distinto título son, sin embargo, iguales á los entremeses, apareciendo en no escaso número desde la mitad del siglo XVII. Sin razones sólidas se ha dicho que se diferencian unos de otros, en que los sainetes suelen ir acompañados de música y de bailes poco importantes, y que su acción es más complicada, porque los entremeses terminan comunmente con canto y danza; y en cuanto al plan dramático, puede afirmarse que el sainete se asemeja aún más, en este concepto, á los más antiguos entremeses.
Tal sucede, verbigracia, con la comedia intitulada Los Novios de Hornachuelos, que pasa comúnmente por obra de Lope; pero hay alguna indicación antigua que la atribuye a Vélez de Guevara, y, leída y estudiada, quédase perplejo el entendimiento más avisado, sin resolverse a adjudicarla con cabal certeza a ninguno de entrambos ingenios.
Se llama comunmente Igorrotes á los salvajes que pueblan las montañas de Luzón y aún de otras islas; pero, en las antiguas crónicas filipinas, se conocía únicamente con tal denominación ó mejor Igolot, en su verdadera forma indígena, los infieles que vivían en Benguet y las cercanías del monte Sto. Tomás.
Lo cierto es que comúnmente puede mas en un Príncipe un pequeño disgusto para castigar, que grandes y señalados servicios para perdonar, ó disimular algunas ofensas de poca, ó ninguna consideracion. ¿Pero qué maldad hay que no acometa un Príncipe injusto si se le antoja que importa para su conservacion?
Lo más que pudo hacer, fue separarse para eludir el primer impulso de su adversario. Pero aquel animal no seguía, como lo hacen comúnmente los de su especie, el empuje que les da su furioso ímpetu. Volvióse de repente, se lanzó sobre el matador como el rayo y le recogió ensartado en las astas: sacudió furioso la cabeza y lanzó a cuatro pasos el cuerpo de Pepe Vera, que cayó como una masa inerte.
Echose a reír aquel vestiglo, enseñando unos dientes cuya blancura con la nieve se podría comparar, y dijo a las señoras que Don Pepe no estaba, pero que al momentico vendría. Era la vecina del bohardillón, llamada comúnmente la gallinejera, por tener puesto de gallineja y fritanga en la esquina de la Arganzuela.
Tocante al color, se puede afirmar lo mismo; porque si bien comunmente transferimos la sensacion al objeto y nos ponemos en cierta contradiccion con la teoría filosófica del color y de la luz, esta contradiccion no es mas que aparente; pues en el fondo, bien examinado el juicio, solo consiste en referir la impresion á objetos determinados; por manera que cuando por primera vez oimos en las cátedras de física que los colores no están en el objeto, fácilmente nos acostumbramos á conciliar la teoría filosófica con la impresion del sentido; pues al fin esa teoría no altera la verdad de que tales ó cuales impresiones nos vienen de estos ó aquellos puntos de los diferentes objetos.
¿De suerte que dijo el rey, que en asuntos de conciencia era muy escrupuloso la mentira puede, y aun debe usarse, según las circunstancias? Indudablemente dijo el padre Aliaga ; veamos el caso actual; hay que engañar á un hombre... á Ignacio Soldevilla, para evitar grandes males. Debe engañársele, el fin es bueno; el tósigo se emplea comúnmente como medicina. Pero, ¿qué grandes males amenazan?
Palabra del Dia
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