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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Las comedias, propiamente dichas, de Rojas, fueron muy aplaudidas de sus coetáneos, y algunas han conservado hasta hoy esa misma popularidad.
Murió el 25 de mayo de 1681 . Sus restos mortales fueron sepultados en la capilla de San Salvador. La extrema admiración, que excitó en sus coetáneos, le acompañó hasta su muerte, y así aparece de las palabras, que copiamos á continuación, con que Vera Tassis termina el elogio de su amigo, y que, á pesar de su hojarasca, revelan un sentimiento profundo.
Para no faltar á la unidad de esta relación, parece oportuno hablar de estos primeros ensayos suyos y de los de sus coetáneos, en la parte que sigue de la historia del teatro español.
El encono y amargura de esta crítica proviene, sin duda, del desagrado con que miraba el brillante éxito de las obras de sus jóvenes coetáneos, y de la escasa importancia que daban á sus producciones dramáticas, por cuyo motivo debemos considerar como injustos sus juicios.
La primera es, que los Autores coetaneos al suceso, ó poco posteriores hayan podido notarlo, esto es, no hayan tenido el estorbo de decir la verdad por respetos humanos, ó por miedo: que hayan tenido ocasion de observar el hecho, ó de asegurarse de él, y que tuvieran facilidad de escribirle.
Los guantes de cabritilla son coetáneos de la escarapela en los señores de los pescantes y el clat en los señores de los salones. Antes en Manila se conocía al dueño de un coche por su cara, hoy se le conoce por su cochero, que viene á ser el alias ó seudónimo da su amo ... ¡Manila progresa!
El recuerdo de sus pasadas glorias no le daba lugar al descanso, y los aplausos tributados á sus coetáneos más jóvenes, que presenció diariamente en los últimos años de su residencia en Madrid, le aguijoneaban sin cesar á luchar también en la escena.
Tal vez por esto en vida no fué muy elogiado Herrera de sus coetáneos que le miraron con prevención, y únicamente Lope de Vega le dedicó algunos versos en el libro segundo de su famoso Laurel de Apolo. Del maestro sevillano se dice que «dibujaba con cañas y manejaba el color con gruesas brochas», teniendo singular destreza para ello, y terminando su obra con una rapidez que pasmaba.
En su lugar oportuno hablamos de las causas de la negligencia, mostrada por Lope, y por la mayor parte de sus coetáneos en la impresión de las obras dramáticas. A los perjuicios indicados entonces, que impedían á los poetas sufragar los gastos de impresión, hay que añadir otro, que gravaba á otras partes de la literatura.
Pero, aun después de la fecha indicada, florecieron muchos coetáneos de Calderón, más jóvenes que él, que en nada disminuyeron la importancia del teatro nacional español, y hasta otros poetas de la nueva generación que le siguió, alcanzaron al siglo XVII. Hay razones, por tanto, para prolongar este período, de que tratamos, hasta dicho siglo, y fijar el principio del nuevo, en la época en que aparecieron las doctrinas literarias francesas.
Palabra del Dia
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