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Actualizado: 4 de noviembre de 2025
Un poco más allá de Villoria dejó la orilla del río y tomando un caminito de montaña, capaz sólo para las carretas del país, comenzó á subir la colina en dirección á Arbín. La cuesta era agria, pero no muy larga. Antes de un cuarto de hora tropezó con las tapias de la pomarada de su primo. Siguió pegado á ella algún tiempo y dió pronto con la casa que estaba en lo más alto.
Entretanto que los indios disponian estas cosas en sus pueblos, el enemigo se acercó á las ásperas montañas, llenas de bosques, en aquella parte donde está el camino mas árduo, y para las carretas, casi imposible. No halló resistencia alguna, despues de algunos pequeños reencuentros de casi ningun momento, fuera de uno ú otro.
Pero la procesión lujosa de madres fragantes y niñas galanas continúa, sembrando sonrisas por las aceras de la calle animada; y los pobres indios, que la cruzan a veces, parecen gusanos prendidos a trechos en una guirnalda. En vez de las carretas de comercio o de las arrias de mercaderías, llenan las calles, tirados por caballos altivos, carruajes lucientes.
La puente está construida sin arte, y con troncos de árboles: tiene de largo 23 pies, y de ancho 10, y pueden pasar en ella carros, carretas, &c. De esta puente caminé para la Villa de Lujan, la cual demora al O 3° SO, á la distancia de 3 leguas cortas. De Lujan á la estancia de D. Pedro José Piñeiro hay 15 leguas: esta estancia queda al O 27° NO.
Las niñas con quienes la de Arnaiz hacía mejores migas, eran dos de su misma edad y vecinas de aquellos barrios, la una de la familia de Moreno, del dueño de la droguería de la calle de Carretas, la otra de Muñoz, el comerciante de hierros de la calle de Tintoreros.
Iban hacia el Sur en automóvil, en coche de caballos, en carretas de hortelano, á pie. Esta fuga la contempló Argensola con serenidad. El era de los que se quedaban. Había admirado á muchos hombres porque presenciaron el sitio de París en 1870.
Tambien se podrá mandar de aquí un cierto número de bueyes mansos y carretas para conducir el agua que se ha de beber, en cuanto no se descubren otras providencias.
El precio ordinario de una carreta, comprada en Tucuman, es de 50 pesos , y por consiguiente el costo total de las 14 carretas será de 700 pesos, las que, segun digimos, quedan inutilizadas al cabo de dos viajes redondos: y por consiguiente cargaremos á cada uno de ellos la mitad, ó $350 El viage de Salta á Buenos Aires se hace con tres mudas de bueyes.
Don Marcelo se fijó en la transformación general del uniforme de los franceses. Todos iban vestidos de azul grisáceo de cabeza á pies. Los pantalones de grana, los kepis rojos que había visto en las jornadas del Marne, ya no existían. Los hombres que transitaban por los caminos eran militares. Todos los vehículos, hasta las carretas de bueyes, iban guiados por un soldado.
Confirmaron lo mismo otros dos nobles ciudadanos del mismo pueblo, que llegaron adonde estábamos. La falta de carretas fué un gran obstáculo: los indios cargaban los carros con las alhajas de casa, y á toda prisa acomodaban todos los trastes: los muchachos y mugeres montaron todos los caballos que habian quedado á la mano, y caminaron hácia las montañas.
Palabra del Dia
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