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El sudor aparece algunas veces al mismo tiempo que el calor; pero es mas frecuente que estos dos estadios sean de mucha duracion y distintos; lo escesivo del sudor es característico, á no ser que los vómitos y una salivacion estraordinaria detengan la fluxion cutánea ó abrevien su duracion.

Y entonces el viejo a quien yo he preguntado mueve la cabeza con su gesto característico y replica filosóficamente: Lo mismo da patacón que diez céntimos. Cantan a lo lejos los gallos. De pronto vibra en los aires una campanada, larga, grave, sonora, melodiosa; y luego, al cabo de un momento, espaciada, otra, y después otra, otra, otra... Esto es a agonía dice una vieja.

Figúrense ustedes, señores manifestó con su característico acento gallego, que allí a las vacas les atan el rabo con una cuerda, ¿saben? y lo tienen suspendido para que cuando les da la gana de proveerse lo puedan hacer sin ensuciárselo. Esta noticia, rigorosamente exacta, hace soltar la carcajada a los presentes.

Entonces preguntaremos, si es el yo en , ó en sus actos; si es el yo en sus actos, entonces la filosofía del yo se reduce á un análisis ideológico, nada tiene de característico; si es el yo en , diremos que este no es conocido intuitivamente; y que menos que nadie pueden pretender á esta intuicion, los que le llaman el absoluto. Para ellos mas que para los otros, es el yo un abismo tenebroso.

Pasó, sin embargo, la crisis, y ya cerca de las doce abrió Diógenes los ojos, y vio delante de al fondista, un hombre gordo, alto, completamente afeitado, sin corbata, calada la boina, y el chaquetón largo, tipo característico del guipuzcoano de pueblo acomodado.

Lo más característico del barrio eran los chiquillos. De cada casucha baja y roma, al lucir el sol en el horizonte, salía una tribu, una pollada, un hormiguero de ángeles, entre uno y doce años, que daba gloria.

Tenía la librea de palacio, y por su edad, que era ya madura, y por su aspecto y por un no qué característico, se conocía que era uno de los jefes de la baja servidumbre. En efecto, Ruy Soto era portero de una de las subidas de servicio del alcázar, que se comunicaban de una parte con el cuarto del rey, y de otra con las galerías superiores ocupadas por la servidumbre.

Y, en efecto, este rasgo característico del romance es tan significativo, que basta para confirmar nuestras sospechas, aunque no hubiese otras razones para ello, análogas á las que expusimos cuando intentamos probar que así se recitaban los de los provenzales.

Pero si fuésemos analizando y examinando por separado todas estas cosas, no tendría fin ni término nuestro artículo; y así conviene tocar sólo puntos capitales, y resumir y cifrar en dos o tres tipos todo lo que hay en la cordobesa de más característico y propio.

Temíamos que, renunciando el pintor a casi todas sus ventajas indiscutibles, al paisaje, al diálogo, al provincialismo, a lo más enérgico y característico de su manera, renunciase por el mismo hecho a sus mayores triunfos.