Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de julio de 2025
Rafael dio un paso atrás, sintiendo el vaho de aquella boca anhelante y rabiosa que buscaba hacer presa en sus piernas, pero se tranquilizó al ver que el perro, tras una corta indecisión, movía bondadosamente la cola y se limitaba a husmear los pantalones para convencerse de la identidad de la persona.
Miró a Lucía, y viéndola descolorida y los ojos hinchados, le dijo bondadosamente: Retírese un poco, hija, a descansar... está usted del color de la muerta. No ordena Dios tratarse así. Lo que haré, Padre respondió Lucía , será bajar un rato al jardín a tomar el fresco.... Juanilla se quedará aquí.... Me arde la cabeza, necesito aire.
Todo se sabía en aquella ciudad. Hasta la casa azul llegaba el eco de las murmuraciones. La hortelana la había recomendado bondadosamente que no pasease mucho por el río: podía pillar unas tercianas.
Hasta el Océano parecía reflejar bondadosamente la alegre camaradería de los pasajeros.
D. Oscar no estaba de acuerdo con esta manía, pero la toleraba bondadosamente como una debilidad femenina. Algunas veces le decía sonriendo con superioridad: Vamos a ver, doña Tula, ¿quiere usted decirme qué utilidad reportan las flores? La señora quedaba desconcertada. ¡Las flores son muy bonitas, don Oscar! exclamaba llena de despecho. Bonitas, convengo en ello... pero no son útiles.
Y Maltrana contempló al bondadoso patriarca con una admiración irónica. De vez en cuando se da cuenta de que existe su hija, y la acaricia bondadosamente. La madre, con el buen sentido que ha podido salvar de la oleada de grasa que invade su cuerpo, llama la atención de su marido sobre la conducta de Nélida.
Ya está... ¡les pone una tallarinada! dijo Baldomero riendo bondadosamente, al dar un puntazo con el cabo del rebenque en el abultado abdomen de Garona. ¡No sea juguetón!... y diga: ¿de postre? ¿Qué les va a poner? Tengo lindo durazno en conserva. ¡Convenido! y ponga guayaba también y... ¡ya sabe!... ¿eh?... esto es mío... no vaya a recibirle a don Melchor. ¡«No» pierda cuidado!
Disparar contra una plaza durante algunos meses cañonazos y más cañonazos, meter dentro de ella granadas como cabezas y permanecer tan sosegada, durmiendo a pierna suelta como si le echasen bolitas de papel. Cuando el general le soltaba algún requiebro a quemarropa, Mariana sonreía bondadosamente. Cállese usted, pícaro. ¡Buen pez debió usted de haber sido en sus buenos tiempos!
Palabra del Dia
Otros Mirando