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Actualizado: 24 de mayo de 2025


Pero en donde trabajó con el mayor esmero fue en los tres establecimientos debidos a su ilustración y caridad: fue el primero, la Casa para la enseñanza de las niñas, cuya obra hizo a sus espensas, aseguró la dotación y proveyó de maestras útiles para la instrucción de las educandas en toda labor de mano, y en las letras y catecismo: el segundo fue el de la Biblioteca pública dentro de la misma casa episcopal, enriquecida con abundantes libros para la instrucción de los amantes de la sabiduría, proveyéndola de un Bibliotecario dotado suficientemente con una pensión de trescientos ducados sobre la Mitra: fue el establecimiento tercero, el Seminario Conciliar, establecido en el Colegio de Jesuitas bajo el Real patronato y soberana protección del monarca D. Cárlos III, y sus sucesores, bajo la advocación de la Concepción de María Santísima y Santo Toribio de Mogrovejo, como todo se halla espreso en el decreto de erección, constituciones, dotación, gobierno y enseñanza, dado en su Palacio episcopal de Teruel a 10 de Setiembre de 1776: son bien notorios los felices frutos que goza la ciudad y obispado con este santo y útil establecimiento debido al celo constante y prudente de su Illmo.

Cuando el Duque de Ayamonte me nombró bibliotecario y archivero de su ilustre casa, creí que mi vida iba a deslizarse tranquilamente en los bajos de su palacio de Madrid; y hasta en lontananza la publicación de varios trabajos de índole histórica, que desde hacía muchos años codiciaba, y los cuales, sin embargo, permanecen inéditos, su mayor parte todavía dentro de mi tintero.

La Biblioteca del Congreso, cuya base principal es la que perteneció al pretendiente Don Cárlos, no tiene de particular sino sus documentos políticos que le son especiales. El bibliotecario me mostró con suma galanteria cuanto le pedí, y tuve la particular curiosidad de hojear y leer las famosas constituciones de 1812 y 1837, autógrafas y firmadas por todos los legisladores respectivos.

Bakayoko Bourahima, bibliotecario en la Escuela Nacional Superior de Estadística y de Economía Aplicada (ENSEA: Ecole Nationale Supérieure de Statistique et d’

La fama de Gabriel se difundía entre el personal humilde del templo. Los domésticos de la Primada se hacían lenguas de su sabiduría. Los clérigos fijábanse en él, y más de una vez el canónigo bibliotecario, al pasearse por el claustro alto en las tardes lluviosas, había intentado hacer hablar a Luna.

Y para demostrar que la religión es fuente de toda grandeza, los más ilustres escritores llevaban hábitos de sacerdote... Adivino lo que podrás argüírme. Que tras unos monarcas tan gloriosos, vinieron otros menos grandes y comenzó la decadencia. También algo de esto: lo he oído decir al bibliotecario de la catedral y a otras personas de gran ciencia. Pero esto nada significa.

Ahora va a venir ese insigne bibliotecario de las Cortes dijo uno y nos acabará de leer su obra. Ya veo cómo tiemblan los frailes panzudos y los rollizos canónigos. Yo he dicho que debe grabarse letra por letra con oro y plata en las esquinas de las calles. ¡Aquí está, aquí está el insigne Gallardo!

En 1999, Bruno Didier fue bibliotecario en el Instituto Pasteur de París. Los Institutos Pasteur son observatorios para el estudio de enfermedades infecciosas y parasitarias como el paludismo, la tuberculosis, el sida, la fiebre amarilla, el dengue y la poliomielitis.

Palabra del Dia

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