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Actualizado: 7 de junio de 2025
España era cada vez más católica, más pobre y más bárbara. Ansiaba conquistar el mundo, y tenía en su interior regiones enteras deshabitadas. Muchos de los antiguos pueblos habían desaparecido; se borraban los caminos; nadie en España sabía con certeza la geografía del país, y en cambio, pocos ignoraban la situación del cielo y del purgatorio.
Por de pronto, me comprometo a que no vuelvas a caer, aun en el caso de que se te tendiera el lazo otra vez. ¡Vaya, con el caballerito! Es cosa de dar parte a la policía. Tú déjate llevar; pon el pleito en mis manos, déjame a mí... y verás. ¿Apuestas a que me planto un día en casa de doña Bárbara y le canto clarito?
Cuando miraba la capilla de Santa Bárbara en el transcurso de la misa, sus ojos huían del fúnebre arcón. Le inspiraba repugnancia el pensar en los huesos hechos polvo. Aquella doña Constanza no existía. La que le interesaba era la otra, la que estaba un poco más allá, pintada en un pequeño cuadro.
El tratante en granos llegó poco después y le dijo: Padre, ya ve usted que el cielo amenaza lluvia, y si llueve, la cosecha va á ser este año bárbara, y yo me arruino con la baja del trigo, porque tengo empleado en él todo mi capital. Con que, padre, hágame usted el favor de pedir á la gloriosa Santa Ana que interceda con Dios para que no llueva.
¡Ni una bala! ¡ni una bala! ¡San Nicolás! ¡Santa Bárbara, y todos los santos del calendario, si no venís en mi auxilio gritó Kernok en un estado de espantosa exasperación , juro hacer añicos vuestras hornacinas del mismo modo que rompo este compás! ¡Y que un rayo me pulverice si queda piedra sobre piedra de una sola de vuestras capillas en toda la costa de Pempoul!
Pero el pobre chico apetecía con ansia el amor y los cuidados de la familia: ante la bárbara indiferencia del colegio, el cariño y la consideración que le testimoniaban los criados de su casa éranle sabrosos.
Las demás pasaron á Fez en donde recibieron todo linaje de insultos i robos por aquella bárbara canalla en todo igual, menos en religion, á los bestiales jueces del Santo Oficio.
Bárbara, que habian servido de sacristía y antesacristía de la catedral antigua, ocupaban un espacio bastante considerable: llenaban entre las tres los últimos tramos de las dos naves principales octava y novena, con todo el fondo de la construccion árabe que servia de ala derecha al mihrab.
Al cabo, no sin piadoso designio, entiendo yo que ha dispuesto la Providencia que sean las naciones de Aragón, Portugal y Castilla las que prevalezcan y descuellen en esta edad, todavía algo bárbara y de costumbres poco suaves.
A donde quiera que mira una, no ve más que pecados, y pecados cada vez más gordos, porque la humanidad parece que se vuelve de día en día más descarada y menos temerosa de Dios... ¡Quién había de decir que esa muchacha, esa Aurorita, que parecía tan buena, tan lista...! No, como lista, ya lo es; aunque la otra lo ha sido más... ¿Y qué dice Bárbara?, estaba encantada con ella, y todos los días iba al obrador a verla trabajar... Pero cállate, que aquí viene tu señora suegra...
Palabra del Dia
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