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Actualizado: 30 de abril de 2025
De todo el grupo de enemigos, éste era el único que había inspirado á don Marcelo un sentimiento vago de atracción. «Aunque es un alemán, parece buena persona», pensaba viéndole. Debía haber sido obeso en tiempo de paz, pero ahora ofrecía el exterior suelto y lacio de un organismo que acaba de sufrir una pérdida de volumen.
Sólo la interesada reflexionaba sobre su propia situación, y a pesar de la atracción de que se sentía poseída, procuraba dominarse, ver claro y leer en el corazón de aquel hombre.
Desde que se conocieron el tosco marinero y el ilustrado estudiante, habían congeniado, porque las personas de buenos y análogos sentimientos sienten tal atracción cuando se ponen en contacto, que venciendo las distancias, desde luego se saludan hermanas. De puro gozo, la tía María no pudo dormir en tres noches seguidas.
El poderoso sol de los trópicos, que atraviesa de parte á parte su pequeño ser transparente, tiene, al parecer, sobre ellos la atracción de un invencible magnetismo. Cuando baja el mar y quedan al aire libre, permanecen abiertos como estaban y beben la luz.
No solo el vulgo está lleno de opiniones por no atender á los principios fundamentales de la razon, sino tambien los Filósofos, NEWTON, hombre de grande ingenio, miró como leyes generales de la naturaleza la gravedad y la atraccion, y todas sus operaciones las quiso reducir á estos principios.
Vosotros vais por la inmensidad agarrados a un proyectil que marcha vertiginosamente, y engañados por vuestra pequeñez, creéis vivir inmóviles en una catedral muerta... ¡Y estas velocidades no son nada comparadas con otras! El Sol, a cuyo alrededor giramos, cae y cae en el vacío, llevando pegados por la atracción a sus flancos a la Tierra y los otros planetas.
Y en aquel momento comprendió que la quería de veras. No, no era sólo la atracción de lo misterioso y anormal; era que aquella mujer se le había metido en el alma. Hizo un esfuerzo por serenarse, dominó la impresión que sentía, y dijo: Pues bien; sólo dos cosas deseo saber ahora; primera: ¿cree V. que Julia quiere todavía a D. Javier? Me parece demasiado altiva, demasiado digna...
Buscó la sala A., donde, en medio de los cien lienzos colgados en la pared, se destacaba una figura, como una aparición fantástica, apoderándose de sus miradas y ejerciendo sobre ella como una especie de atracción hipnótica: Roussel, de un parecido inverosímil, fresco, sonrosado, con sus cabellos blancos, satisfecho, pacífico.
Arrastrábame hacia allí la fuerza misteriosa de una curiosidad que tenía mucho de la atracción de los abismos. Llegó Chisco a la loma antes que yo, según costumbre, y aguardóme en ella con el brazo extendido ya, como la otra vez, para mostrarme lo que desde allí se veía... ¡Y por Dios crucificado que no era poco!
No quedó más que el amor puro, el amor satisfecho, el amor consagrado por la santa y misteriosa fuerza de renovación que habita en el seno de la naturaleza. ¡Si se hubieran conocido antes! ¡Cuántas veces se habían repetido esta frase de los adúlteros! Si se hubieran conocido antes, probablemente se hubieran separado sin sentir el más insignificante movimiento de atracción.
Palabra del Dia
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