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Actualizado: 17 de julio de 2025


El Cojuelo le dijo: Ya por aquella torre que descubrimos desde tan lejos discurrirás que esa bellísima fábrica que está arrimada a ella es la Iglesia Mayor y mayor templo de cuantos fabricó la antigüedad ni el siglo de agora reconoce.

Paco había ido aproximando una rodilla a la falda de la joven; al fin sintió una dureza suave y ya iba a retroceder, pero la niña permaneció tan tranquila, que el primo se dejó aquella pierna arrimada allí como si la hubiese olvidado.

No se sabe con seguridad la época en que se fundó; pero debió ser ciertamente antes de espirar el décimoquinto siglo, porque en los primeros años del XVI estaba ya ruinosa. Se labró en los tramos treinta y treinta y uno de la última nave principal, arrimada al muro de oriente, entre el postigo del Sagrario y la puerta de Jerusalen hoy tapiada.

Hallóse don Quijote a pie, su caballo sin freno, su lanza arrimada a un árbol, y, finalmente, sin defensa alguna; y así, tuvo por bien de cruzar las manos e inclinar la cabeza, guardándose para mejor sazón y coyuntura.

La fundaron Ruy Gonzalez Mesia, comendador de Segura en la órden de Santiago, y su mujer D.ª Leonor Carrillo por los años de 1384, arrimada al muro de poniente, ocupando los dos tramos cuarto y quinto de la primera nave principal.

Lo que se sabe es dónde estuvieron la pila bautismal y el Sagrario: aquella se situó arrimada al muro de poniente ocupando las dos naves trasversales undécima y duodécima ; el Sagrario se colocó en la rica cámara de la izquierda de las tres que forman el vestíbulo del Mihrab . Decimos que subsistió la capilla mayor provisional veintidos años, suponiendo que permaneciese allí donde se habia colocado el altar en honor de la Asuncion de nuestra Señora el dia solemne de la purificacion del templo; pero en rigor no consta haya habido formal ereccion de catedral hasta fines del año 1238.

Admiróle ver lanza arrimada al árbol, escudo en el suelo, y a don Quijote armado y pensativo, con la más triste y melancólica figura que pudiera formar la misma tristeza. Llegóse a él diciéndole: -No estéis tan triste, buen hombre, porque no habéis caído en las manos de algún cruel Osiris, sino en las de Roque Guinart, que tienen más de compasivas que de rigurosas.

Arrimada al hórreo estaba la escala. Perucho comenzó a subir, operación bastante difícil atendido el estorbo que le hacía la chiquilla.

Juanito miraba a la joven con tierna simpatía. ¡Era tan buena muchacha...! Para convencerse, bastaba verla por la calle con el velo caído sobre los ojos bajos, andando con paso menudo y gracioso, arrimada siempre a la pared, como si quisiera evitar la atención de los transeúntes. Su belleza no era gran cosa.

Aléjase Diego arrepentido; pero entonces el mismo Don Gil, que desde fecha muy anterior lucha con el amor á Lisarda, sucumbe de pronto á la tentación: se aprovecha de la escala arrimada á la ventana; entra dentro, y, en lugar de Don Diego, se precipita en los brazos de la bella Lisarda.

Palabra del Dia

gallardísimo

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