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Actualizado: 15 de noviembre de 2025
Ya le pesará terminaba diciendo . Familia no hay más que una. ¿Dónde va a encontrar la querencia de los que le hemos visto desde pequeño? El se lo pierde. Conmigo iría como el propio... Y se interrumpía, tragándose el nombre famoso por miedo a las burlas de los banderilleros y aficionados que frecuentaban la casa y habían acabado por fijarse en esta adoración histórica del talabartero.
Los de este distrito son unos 88.000, distribuídos en la forma siguiente: Población cristiana 68.000 Idem mora 8.000 Idólatras de la cuenca del Butuan 12.000 Los habitantes cristianos de Surigao son de carácter pacífico, sumisos, honrados y religiosos, pero poco aficionados á las faenas del campo.
¿Ve usted? decía Bedoya. ¿Qué? La madera es nueva; si fuese del tiempo que el Marqués supone, se desharía en polvo; la madera vieja siempre deja caer el polvo de los roedores: eso lo conocemos nosotros, no los aficionados, que no tienen más que dinero y credulidad; ¡esto es truquage, puro truquage!
Los comediantes representaron tres días seguidos, y fué tanta la concurrencia y tan grandes las apreturas, que algunos murieron sofocados. Gran deleite, según parece, recibe este pueblo de tales espectáculos, sin duda porque los españoles son los más aficionados á ellos en todo el mundo.»
Los aficionados á ensalzar el islamismo hallarán aquí nuevas pruebas de que, si bien los árabes no fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias, aficionados á ellas, y vehículo é intermedio de las invenciones, ideas y civilización de otros pueblos.
Algunos de ellos habían llegado de Andalucía tras una conducción de toros, quedándose para siempre en los alrededores de la plaza. Repartió Gallardo algunas monedas entre estos mendigos que le seguían gorra en mano, y entró en el circo por la puerta de Caballerizas. En el corral vio un grupo de aficionados presenciando las pruebas de los picadores.
Escribió Sanjurjo, firmó el conde y partió la carta, y los dos grandes quedaron departiendo y arreglando aquella alianza improvisada. Porque es de advertir que los dos eran hombres de fibra y aficionados á ver realizados cuanto antes sus deseos.
La noche de la inauguración del coliseo fué, como ya he dicho, el 21, y á ella concurrieron las autoridades, las personas más significadas, todos los buenos aficionados á la música y las más hermosas mujeres, que lucían aquella noche sus más preciadas galas. La ópera escogida fué Los Lombardos, que cantaron la Vittadini, la Cocco, Salieri, Galliani y Manensi.
Entre los años de triste memoria para los aficionados sevillanos al arte de Talía lo fué él de 1620, pues en él se incendió y destruyóse por completo el famoso corral de el Coliseo, donde tan célebres representantes trabajaron y que tan favorecido era por el público de nuestra población.
Los que no sois aficionados, siempre empleáis los mismos argumentos, ¡los caballos!... ¡las tripas!... Si atendieseis a la lidia, no repararíais en esas menudencias... pero, ¡claro está! no sabéis lo que está pasando, no os ocupáis de estudiar el toro, os aburrís, y vais a mirar allá al otro extremo de la plaza a ver si a algún caballo se le ha salido el mondongo... Y en último resultado, ¿qué? ¡No parece más que no habéis visto nunca las tripas de un animal! ¿No os coméis todos los días el chorizo en el cocido?
Palabra del Dia
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