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Actualizado: 30 de abril de 2025


Raudales de luz inundan los espacios produciendo en los seres sensitivos los admirables fenómenos de la vision; raudales de calórico se extienden en todas direcciones y llevan por todas partes el movimiento y la vida; ¿dónde está la falta de actividad atestiguada por la experiencia?

Y casi en el mismo instante comenzaron a entrar monjas, formando fila, que iban a colocarse en pie delante de los bancos, con silencio y corrección admirables. Detrás de las monjas, que serían unas treinta, vinieron las educandas internas, a quienes reconocí por el chal blanco que les caía por la espalda. El rostro apenas se podía distinguir.

Le conocía yo; le había oído leer de un modo maravilloso sus admirables versos, aquellas serenatas que eran, en labios del poeta, miel de abejas, susurro de arboledas, cantos del agua en las acequias de la Alhambra; música del cielo.

Aun a los críticos más adustos que consideraron El buey suelto como una caída, parecieron admirables algunas porciones del Don Gonzalo, publicado al año siguiente. Si como novela se la considera, puede tachársela de acción escasa, aunque tiene la que basta y sobra para mover unas cuantas figuras, principal, si no único, propósito del libro.

: apelo a todos los que han viajado verdaderamente, y no por los libros: el circo de Gavarni, las Torres de Marboré, el boquete de Roland, ¿no son, en su género, tan admirables, tan incomprensibles, tan grandiosos como el manoseado Mont-Blanc, la caída del Rin o la del Aar? ¿En qué país lograrán ustedes encontrar, en la cima de una montaña, un lago en el cráter de un volcán?

La prueba mejor de que tiene buen natural y que sus instintos son finos y distinguidos es que, en vez de enamorarse de cualquier pilluelo de su edad, ha preferido un hombre maduro como yo, educado en una esfera más elevada que la suya. Su falta tiene, pues, origen en las cualidades más admirables de su corazón.

Si el arte de edificar reune tan admirables muestras de todo género en Sevilla, el arte divino que crea la luz y eterniza la verdad en la tabla, el lienzo y el muro, no tiene ménos quizas de qué enorgullecerse en la patria de Murillo y Herrera.

Tizona, viendo cerradas las verjas, a riesgo de matarse, escaló una ventana: Infolio, dijo tan admirables cosas propias y ajenas, colocándose ante la puerta, que sus hojas, dejándole paso, se abrieron solas, y entonces Lepe se coló dentro astutamente. A los pocos momentos estaban en la antecámara del ídolo.

Los más grandes poetas, sin que nadie les tache de pervertidores, fundan sus obras admirables en aquellas pasiones que convertían en alcobas las grutas, las florestas, los prados, las selvas y los bosques.

Esos primores artísticos son obra de las manos mas rudas y callosas, de los pastores de Appenzell y las montañas de San-Gall, que al terminar los veranos bajan de las altas praderas con sus rebaños, y se consagran durante los inviernos á labrar sus admirables encajes ó bordados de gran valor, cuando no á esculpir juguetes y graciosas figuras en madera de abeto ó pino, de haya ó encina.

Palabra del Dia

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