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Actualizado: 12 de octubre de 2025
Vete, si no me amas, si sospechas de mí, si no me estimas. No exhalarán mis labios una queja, si para siempre me abandonas y no vuelves a acordarte de mí... La contestación de D. Luis no cabía ya en el estrecho y mezquino tejido del lenguaje humano. Don Luis rompió el hilo del discurso de Pepita, sellando los labios de ella con los suyos y abrazándola de nuevo.
Lo que todas las buenas madres desean para sus hijos, sobre todo cuando sus hijos han hecho locuras... un rico casamiento o una buena amistad. En Longueval encuentro las dos combinaciones, y aprovecharé una u otra. Dentro de diez días me harás el gusto de prevenirme, de hacerme saber cuál de las dos me abandonas: madama Scott o miss Percival. ¡Estás loco! No pienso ni pensaré nunca...
Los dos tenían en el cerebro iguales pensamientos, pero evitaban su exteriorización por un pudor de hombres enérgicos, temiendo que fuesen interpretados como preocupaciones del miedo. Al cerrar la noche, cuando se retiraban al vapor, el piloto se atrevió á romper este silencio. ¿Por qué no abandonas la navegación?... Eres rico; además, te darán por tu buque lo que pidas.
¡Juan!... ¡por piedad, no me abandones!... ¡no puedo... vivir sin ti! Sus dedos se hunden en los hombros de Juan. No partirás... no lo quiero. El trata de apartarse a la fuerza. ¡Ah!... te vas... ¡cruel!... Me moriré si me abandonas... No puedo... Llévame contigo... ¡Llévame contigo! ¿Has perdido la razón, desgraciada? Y se oculta el rostro en las manos gimiendo. ¡Ah!
Se trata de un gran merecimiento que puedes contraer para salvarte si abandonas las nefandas sugestiones del mundo y acudes al llamamiento del cielo... En esta villa existe un arma poderosa que en vez de servir a Dios, como todo el mundo debe servir, es un temible auxiliar del demonio.
Era esta una morenita muy agraciada, que no tenia mas que mil y quinientas varas de estatura, pero que con sus gracias reparaba lo chico de su cuerpo. ¡Ha cruel! exclamó, despues que te he resistido mil y quinientos años, quando apénas me habia rendido, no habiendo pasado arriba de cien años en tus brazos, ¡me abandonas por irte á viajar con un gigante del otro mundo!
Palabra del Dia
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