Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 22 de octubre de 2025


La Luna se deja ver también en el cielo, ya bajo la forma de un sector esférico, que vulgarmente se llama media luna, ya bajo la de un pedazo de círculo más ó menos recortado, ya bajo la de un círculo completo. El Sol, la Luna y las estrellas son astros ó cuerpos celestes.

Lo que es D. Joaquín no se mostraba menos elegante ni menos satisfecho, aunque harto menos bonito, y dejando notar en la flojedad de sus piernas y en el temblor de sus manos que lo que llaman vulgarmente el bajón iba llegando para él, y que así para él como para los demás mortales, no pasan en balde los años.

En este mismo castillo fué puesto en prision el príncipe D. Carlos llamado vulgarmente de Viana, por el Rey D. Juan 2.º su padre en 1461, desde donde fué trasladado á Miravet, y despues á Morella .

Y todo esto, sin contar con el fraude, con la burla, con lo que vulgarmente se llama primada. Por cuentecillas de vidrio de colores, por clavos y otras baratijas, tomaban los compañeros del capitán Cook cuanto había de bueno y exquisito en Otahiti. Algo de esto, aunque en menor proporción, ocurre siempre en los cambios entre un pueblo adelantado y otro más atrasado.

Cuando se recorren las demás comedias fundadas en hechos de la historia antigua ó moderna, se observa frecuentemente, con admiración, que el inagotable maestro ha tratado con dos siglos de anticipación asuntos, cuyos primeros autores se creen vulgarmente poetas de los tiempos modernos.

Usted comprenderá que un hombre como yo no podía llegar al Casino vulgarmente sentado en un automóvil. ¡Quién no tiene automóvil!... En el desembarcadero esperaba un simple cochecito de un solo asiento, que iba á guiar yo mismo.

Sin él, y sólo por necesidad, iremos á la pelea, si se nos acosa: si se nos pone, como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso será entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios á los que le exciten á esta injusta contienda.

Ahora bien; cuando dos de estas palabras insignificantes y maleables se llegan a encontrar en el camino una de otra, únense al momento y se combinan por una rara afinidad filológica; y entonces no toman por eso mayor sentido; todo lo contrario, juntas, suelen querer decir menos todavía que separadas; entonces estas palabras buenas suelen convertirse en lo que vulgarmente llamamos buenas palabras.

Se habia cubierto anticipadamcnte con los indios fieles que se distinguen por Mañazos, á las órdenes de su cacique D. Anselmo Bastirra, el cerro elevado, que vulgarmente se llama del Azogue.

El reino se componía, además de la populosa ciudad de Tibotú, de dos islas. En una se cosechaba gran cantidad de café y había numerosas vacas de ordeña; en la otra se producía el cacao y habia muy buenos panaderos y reposteros. Las islas eran vulgarmente conocidas por «La-isla-de-café-con-leche», y «La-isla-de-chocolate-con-bollos».

Palabra del Dia

estrenaríamos

Otros Mirando