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Actualizado: 7 de julio de 2025
La voz dolorida del niño, amarrado a la mesa, repetía sin cesar: ¡Abuelito, deja a papá!... ¡deja a papá! El loco al fin fue adquiriendo alguna ventaja. Las fuerzas de Mario mermaban. Sus dedos cedían: el peso y el volumen de D. Pantaleón le asfixiaba. Logró éste al fin ponerse encima de él y sujetarle. ¡Ya eres mío! ¡ya eres mío! gritó lanzando feroces carcajadas.
Ambas cartas XVI y XVII se hallan en la Colección Ochoa, pág. 481, números 79 y 80, corregidas de estilo; en la Colec. Morel Fatio con los números XI y XII, anotando en la primera que Louise de Budos, segunda mujer del Condestable, falleció en Chantilly el 26 de septiembre de 1598. Las cartas originales se hallan en el referido volumen de la Bibl. Nac., Fr., 3.652, folios 20 y 131. Ex.^mo Sr.
Respondiéronle todos juntos: Treinta y dos grados y medio. ¿Quanto dista de aquí la luna? Sesenta semi-diámetros de la tierra. ¿Quanto pesa vuestro ayre? Creía haberlos cogido; pero todos le dixéron que pesaba novecientas veces ménos que el mismo volumen del agua mas ligera, y diez y nueve mil veces ménos que el oro.
Con lo que yo ví, hay asunto para un volúmen; yo me he limitado á trazar en compendio, y segun el órden de mis apuntes, todo lo que queda apuntado. Saludemos nuevamente á Venecia y emprendamos el camino de Turin. Pero ántes de salir de Venecia, tengo que apuntar una cosa que habia olvidado.
La Luna mide 11,000 kilómetros de contorno. Su superficie es la 13ª parte de la terrestre; su volumen, la 49ª parte próximamente del de nuestro globo.
En cambio, el mar remontaba su lomo, crecía en altura por momentos, devorando con su mandíbula azul y rectilínea un pedazo de cielo á cada revuelta de la ascensión. Sobre la cumbre iba agigantándose el volumen de una mole de albañilería: «El Trofeo», título que había acabado por convertirse en La Turbie, nombre medioeval del pueblecillo amurallado y pardo que se apretuja alrededor del monumento.
Esta novela es la que hoy goza de fama universal y se ofrece á los lectores en el presente volumen. La comenzó á principios del invierno de 1849 á 1850, y la terminó en 3 de Febrero del año últimamente nombrado. Al día siguiente de concluída, escribió á su amigo Horacio Bridge diciéndole:
¡Pobre consuelo el mío; el de juntar de tu fecundo númen las frases que leer no puedo en calma e imprimir con mi orgullo este volúmen en el que van pedazos de tu alma! ¡Ah, si saber te es dado lo que pasa en el mundo que perdiste verás el fuego con que se te ha amado, pues desde el día horrible en que partiste, el dolor de los tuyos no ha cesado!
Y, en efecto, en cuanto floreció el teatro español aparecieron también colecciones de esta especie, según indicamos ya en el tomo anterior, y, entre ellas, los dos volúmenes de comedias de autores valencianos, perteneciendo también á la misma época el volumen III y V de las de Lope.
Sólo al llegar a un reducido volumen que, encuadernado en piel de zapa y ostentando sobre la tapa una cruz de plata, ofrecía más bien todo el aspecto de un devocionario que el de una obra científica, se detuvo en sus investigaciones y tomándolo fue a sentarse junto a la cabecera de Magdalena, que a la sazón dormía. Aquel libro era la Imitación de Cristo.
Palabra del Dia
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