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Actualizado: 28 de mayo de 2025
Puede, por lo tanto, conjeturarse que Rafaela vio con oculta satisfacción las circunstancias políticas que, si por una parte la privaban del agradable trato de una persona de tanto mérito como Pedro Lobo, la libertaban por otra, sin rebelión ni pendencias, de lo que se le figuraba en ocasiones que tenía traza de yugo y de servidumbre.
Autos sacramentales, destinados á celebrar la fiesta del Corpus. Sobre su espíritu y forma, así como sobre el plan y traza de su exposición, daremos más adelante pormenores. Basta advertir ahora que los personajes alegóricos les son esenciales, aunque no todos pertenezcan exclusivamente á esta clase, habiéndolos, en efecto, no alegóricos.
Quién sabe si no se le había escogido deliberadamente, desde la Corte, con la traza de una casual designación. De todos modos, aunque así no fuera, el monarca oiría muy pronto su nombre.
Un día, con verdadera estupefacción del vecindario, se dijo que acababa de llegar en la goleta Julia un profesor de esgrima, M. Lemaire, con el exclusivo objeto de enseñar el manejo de las armas a don Rosendo. Y, en efecto, pronto se vió a éste acompañado de un joven delgadito y rubio, de traza extranjera. La impresión fué honda.
Salió bien la traza, porque los nuestros faltos de dinero, se entraban por las aldeas y pueblos grandes, y se hacian contribuir, y en hallando resistencia, con la acostumbrada licencia militar maltrataban de manos y de lengua á quien se les oponia.
Otra, que espira dentro de una hoz formada en el llano de Hernan-Paez donde traza el Guadiato su última revuelta antes de salir brioso á la Campiña, se ilustra con el célebre santuario de Nuestra Señora de Villaviciosa y con el valle donde fueron bárbaramente inmolados los siete infantes de Lara.
Yo no, papá, contestó Nieves al punto y sin la menor traza de engañarle . Es decir: por de pronto, me gusta esto mucho, muchísimo; lo que hay es que no conozco lo otro que le parece mejor a Catana, y pudiera serlo. ¿No es así, Catana? Asín, respondió Catana, acentuando la palabra con la cabeza.
¡Pecador de mí! ¡Estúpido y necio! exclamó el padre, todo lleno de violencia y dando en la mesa unos cuantos puñetazos. ¿Quieres creer que soy tan egoísta, que el egoísmo me había cegado? Yo no había visto en el plan de Doña Blanca ninguna mala traza. Me parecía natural que casase á Clarita con su tío. Yo no miraba sino á mi pícaro interés: á que nadie se llevase á Clarita lejos de estos lugares.
Por cierto, marqués, que si mi bienestar personal fuera la única causa, puede usted creerme, despreciaría mis millones de España; pero me parece conveniente y de buen ejemplo, que una casa como la mía, no desaparezca de la tierra sin dejar tras ella, una traza durable, un monumento brillante de su grandeza y de sus creencias.
Esto entendido, calculen ustedes su asombro y descomunal alegría cuando don Simón las sorprendió con el periódico en el cual se estampaban los dos sueltos que conocemos, y con la noticia de que el autor de ellos era un elegante joven con sus barruntos de embajador. Aquel día no se comió ni se hizo nada de traza en la casa.
Palabra del Dia
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